hito
Piedra clavada en un lugar como señal de frontera, aunque también se usan como linde entre propiedades y, por lo menos desde el imperio romano para señalar distancias en camino. Hoy los tenemos marcando kilómetros o millas en todas las carreteras.
Los hitos están clavados en la tierra, de ahí su nombre, que proviene del latín vulgar fictus, ficta, fictum ‘fijo’, ‘enclavado en un lugar’. Su sinónimo es mojón (del latín hispánico mutŭlo).
De esa idea de fijeza proviene la expresión mirar de hito en hito, que Cervantes utiliza varias veces en el Quijote y que ha sobrevivido hasta nuestros días:
Oyendo esto Sancho, se arrimó sobre el espaldar de la silla y miró de hito en hito al tal médico, y con voz grave le preguntó cómo se llamaba y dónde había estudiado.
Hito se usa también en sentido figurado, como en este texto de Sara Karlik:
En todo caso, no me es posible, ni pretendo, dejar de lado esa división por ser un hito que marca épocas, una anterioridad que forma historias personales, únicas.
La palabra se ha mantenido en el portugués actual en el verbo fitar, del mismo origen, que significa ‘mirar fijamente’.