mercado
En algunas de las tendencias más en boga de la economía moderna, el ente abstracto denominado mercado es considerado un concepto de importancia suprema, determinante de leyes que rigen no solamente el intercambio de bienes y servicios, sino también la distribución de la renta en las sociedades humanas.
Desde este punto de vista, el mercado es entendido como la suma de los actores económicos —productores y consumidores, compradores y vendedores de bienes tangibles o intangibles, servicios, valores bursátiles y fuerza de trabajo—, quienes adoptan decisiones individuales que, en su conjunto, forman tendencias susceptibles de análisis y previsiones. Para los seguidores de esta concepción, hoy llamada neoliberalismo, los mercados se regulan solos, según sus propias leyes, y la intervención del Estado en la economía debe ser mínima.
Hacia comienzos del siglo XVII, surgió una teoría económica según la cual la fortuna de un país dependía del oro que fuera capaz de atesorar, mediante una balanza comercial favorable (o mediante la extracción del metal precioso en las colonias): el mercantilismo.
En su denotación más tradicional, el mercado es el lugar público donde los comerciantes (mercaderes) llevan sus productos y los compradores van para adquirirlos. Los romanos llamaban al comercio mercatus, vocablo derivado del verbo mercari ‘comprar’, registrado en castellano con su forma actual desde la primera mitad del siglo XIII.
Actualmente, con la globalización de la economía, los participantes del mercado internacional están cada vez más interconectados y actúan mediante sofisticados mecanismos informáticos que permiten transacciones instantáneas entre los diversos países.
De mercado se derivaron palabras como mercader, mercante y mercadería o mercancía (esta última, del italiano mercanzia). Otras, tal vez más sofisticadas, como mercadeo y mercadotecnia, nacieron de la tentativa –no demasiado exitosa– de contener el avance en español del vocablo inglés marketing.
El origen más remoto que se ha podido rastrear del vocablo latino mercatus es la raíz merk-, empleada por los etruscos para formar palabras relativas al comercio. Esa raíz dio lugar también al nombre del mercurio y del dios romano del comercio.