druida
Los druidas eran los sacerdotes y profetas celtas del parte de Gran Bretaña, Irlanda, Galicia, Asturias, la Galia y el norte de Italia en la Edad del Hierro, que formaron una casta muy poderosa.
No dejaron documentación escrita; solo se dispone de referencias breves sobre ellos de los griegos y de los romanos. Estos autores referían sacrificios humanos, de los que no hay evidencia arqueológica alguna, y su creencia en la reencarnación.
A su llegada a Europa, tal vez desde la India, los druidas adoptaron el culto a los árboles, que ya existía en el continente, pero decidieron adoptar uno solo, excluyendo a todos los demás: el roble.
Esta religión fue declarada fuera de la ley por los romanos en el siglo I d. C. y toda referencia a ellos desaparece a partir del s. II a. C. Después de esa época solo hay recreaciones de poetas y narradores medievales. En la Edad Media, algunos brujos reivindicaron sin ningún fundamento el carácter de druidas.
El vocablo druida fue tomado del latín druĭda, de origen galo, formado a partir del nombre céltico del roble derya, derivada del griego de δρῡς (drys) ‘roble’.