imán
Pieza de mineral de hierro que tiene la propiedad de atraer al hierro, al acero y, menor grado, a otros metales ferromagnéticos, el níquel y aleaciones de estos. Este mineral se forma por la combinación de dos óxidos de hierro diferentes, a veces bajo forma cristalizada y por la magnetita, que es un óxido de hierro con gran poder magnético.
Hay dos clases de imanes: los naturales, como los de óxido de hierro, y los artificiales o electroimanes, formados por bobinas que producen un campo magnético solo cuando circula por ellas una corriente eléctrica continua.
Los imanes, naturales o artificiales, están presentes en altoparlantes, motores, cierres para refrigeradores, brújulas y tarjetas de crédito. Por cierto, con un imán es posible inutilizar un disco duro o una tarjeta de crédito.
Los griegos conocían los imanes, a los que llamaban ἀδάμαντος (ádámantos), que significaba también ‘diamante’ e ‘indomable’. Esta palabra estaba formada por el prefijo privativo griego a- y el verbo δαμᾶν (damán) ‘domar, vencer’, lo que significa que consideraban al magnetismo tan invencible como el diamante.
La palabra pasó luego al latín adămas, adămantis, que nos llegó al romance inicialmente como adiamant. Corominas menciona también el catalán arcaico samant o asamant. Lope de Vega lo usaba como femenino, “la imán”, probablemente dar por sobreentendido piedra imán.