epigrama
El epigrama es una composición poética breve que expresa un solo pensamiento principal festivo o satírico de forma ingeniosa, algo que siempre deleitó a lectores de todas las épocas. Algunos buscaron su origen más remoto en los escritos de Arquíloco, un poeta-soldado jónico del siglo VII a. C., pero en realidad el epigrama es un género típicamente helenístico (s. III a. C), luego retomado en Roma por Cátulo (s. I a. C.) y Marcial (s. I d. C.).
Veamos como ejemplo un epigrama de Marcial: Reservas tus elogios para los muertos, / jamás aprecias a un poeta vivo. / Discúlpame, prefiero seguir viviendo / a tener tu alabanza.
Este género ha sido equiparado con el epitafio, el texto que honra al difunto, normalmente inscrito en una lápida o placa sobre su tumba, generalmente escrito en verso, pero que no tiene el humor del epigrama.
Epigrama se formó en griego por prefijación, mediante ἐπί- (epi) ‘encima, sobre’ y γράμμa (gramma) ‘letra’, que pasó al latín como epigramma, mientras que epitafio, que se forma con ἐπί- (epi) y τάφος (tafos) ‘tumba’, nos llegó a través del latín epitaphium.
Modernamente, los epigramas han sido comparados con las “greguerías gregorianas” del siglo pasado, creadas por Ramón Gómez de la Serna (1888-1963), frases ingeniosas y humorísticas, tales como “la luna es el ojo de buey del barco de la noche”.