anosognosia
Imagine el lector que un día se despierta por la mañana y le da los buenos días a su pareja, pero ella (o él) le responde en una lengua completamente desconocida. Cuando se sientan a desayunar, su cónyuge no solo no entiende lo que usted habla, sino que, además, se sigue expresando en aquella lengua desconocida que usted escuchó al despertar. Usted se asusta, despierta a su hijo y este también le habla en el mismo idioma de su pareja y, como él (o ella), no entiende lo que usted habla.
Usted está aterrorizado, como si estuviera en medio de una novela kafkiana o de ciencia ficción. Sin embargo, esta tragedia la viven todos los días decenas o tal vez cientos de personas en todo el mundo que acaban de sufrir un derrame cerebral o un infarto en la zona llamada “de Wernicke”, situada, en el 89% de las personas, en el hemisferio izquierdo del cerebro. Estas personas fueron acometidas súbitamente por una afasia de Wernicke, o sea, la pérdida, generalmente definitiva, de un área cerebral indispensable para el lenguaje, pero en las primeras horas o a veces días no se dan cuenta de lo que les ocurre, lo que les causa una angustia intensa. Además de afasia, o pérdida del lenguaje, estos pacientes padecen de anosognosia, una palabra de la jerga médica que significa ‘falta de conciencia, por parte de un paciente, de que está sufriendo una dolencia'.
El vocablo está formado por el prefijo privativo griego α- seguido por νόσος (nósos) ‘enfermedad’ y luego por γνώσις (gnosis) ‘conocimiento’, o sea, juntando todo, ´falta de conocimiento (o conciencia) de una enfermedad’.