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Un nuevo libro de Gabriela Mayer

La escritora argentina Gabriela Mayer acaba de publicar su segundo libro de relatos, "Todas las persianas bajas, menos una", en el cual el lector puede espiar una serie de personajes urbanos que deambulan con su insatisfacción a cuestas: una mujer que decide abandonar a su pareja, un lustrabotas en busca de un récord, una cajera encerrada voluntariamente en un supermercado y un juez perdidamente obsesivo. Los desenlaces sorprenden o se deslizan a través de pequeños indicios sembrados a lo largo del relato, pero nunca son previsibles.

"Todas las persianas bajas, menos una":
el sueño de torcer el destino
Por Astrid Riehn (dpa)

Una solterona que manipula destinos creando confusión en un guardarropa, un loco que imparte clases en un autobús, una modelo en declive que se autosecuestra para recobrar popularidad: en "Todas las persianas bajas, menos una", los protagonistas sueñan con torcer destinos, propios o ajenos.

Se trata del segundo libro de relatos de la escritora y periodista argentina Gabriela Mayer (Buenos Aires, 1971), que forma parte de la colección "El milagro secreto" (Ediciones Al Margen), dirigida por el escritor Mario Goloboff, en la que también han publicado autores como Noé Jitrik o Mempo Giardinelli.

En "Todas las persianas bajas, menos una", los personajes luchan contra la insatisfacción y el transcurrir gris de sus propias vidas: una mujer que decide abandonar a su pareja ("Partida"), un joven del interior que quiere probar suerte en Buenos Aires ("La escalera caracol"), un lustrabotas del centro que se desvive por alcanzar un récord ("Vituco").

Un día, releyendo el borrador del libro, que ya estaba prácticamente terminado pero para el que aún no tenía título, Mayer se topó con una frase de su cuento "Reflejos": "El sol se ocultaba tras el edificio de enfrente, con todas las persianas bajas, menos una", y notó que en muchos otros relatos suyos aparecían las persianas: en "Ascensor" las de una oficina, en "Escalera caracol" las de un hotel de ruta, en "Sucursal 27", las de un depósito de supermercado.

"Me gustó la imagen de las persianas, porque miramos el mundo a través de persianas y simultáneamente puede haber alguien que nos mire a través de ellas. En definitiva, el narrador cuenta un universo que espía, cree ver o imagina a través de esas persianas", explica Mayer en entrevista con dpa.

El libro –presentado en Buenos Aires- está dividido en tres secciones: "Persianas de centro", "Barriales" y "En las afueras", de acuerdo con el espacio en que transcurren los relatos. "Me di cuenta de que todos los cuentos tienen un sello urbano, pero había algunos que eran de centro, otros de barrio, y otros tenían a la ciudad como referente más lejano", afirma.

Aunque no siempre se la nombre explícitamente, la ciudad de Buenos Aires, con sus lustrabotas de peatonal, sus colectivos (autobuses) y sus cartoneros (personas que viven de reciclar< residuos) tiene una presencia fuerte. "Siempre me interesó la relación de las personas con la ciudad, cómo influye, condiciona o estimula a sus habitantes.
A veces los personajes están en territorios que les son ajenos, o donde no están cómodos y por eso pretenden cambiarlos o abandonarlos", comenta.

Los desenlaces sorprenden o se deslizan a través de pequeños indicios sembrados a lo largo del relato, pero nunca son previsibles.
En la mayoría de las ocasiones, tienen varias lecturas posibles. "Me gusta sentir que llevo al lector de la mano, que crea que lo estoy guiando hasta cierto punto, y de repente descubra que el lugar al que lo llevé es otro, o varios", confiesa.

Gabriela Mayer es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires. Desde 1996 se desempeña como redactora y editora para el servicio en español de dpa, especializada en periodismo cultural. En 2003 publicó el libro de cuentos "Los signos transparentes". Su relato "Guardarropa", incluido en "Todas las persianas bajas, menos una", recibió una mención del Concurso Interamericano de Cuentos de la Fundación Avon para la Mujer.