Tomás Eloy Martínez gana el premio Alfaguara
Tomás Eloy Martínez gana el Premio Alfaguara
De La Nación
La penumbra que suele envolver el límite entre ficción y realidad se espesa en "El vuelo de la reina", la nueva novela de Tomás Eloy Martínez, según se encargó de revelar el propio autor con ejemplos más que pintorescos tomados del relato. Y de la azarosa cotidianidad que le tocó vivir mientras lo escribía. "Por un momento pensé que este libro jamás sería terminado", confesó.
Al recibir el premio Alfaguara de novela, que se falló semanas atrás, Martínez fue calificado por sus colegas españoles como "uno de los mejores escritores en lengua hispana", mientras que el presidente del poderoso grupo editorial Prisa, Jesús de Polanco, subrayó la forma en que combina ese oficio con el de "excelente periodista".
Tras recibir el galardón -175.000 dólares y una escultura en hierro- y con la tonada tucumana más arraigada que nunca, Martínez enumeró todo lo que lo sorprendió en los tres años largos en que escribió la novela: un tumor renal que parecía maligno "y que luego no lo fue tanto"; la muerte de su esposa en un accidente automovilístico, "y el pasmo" en que vivió durante varios meses.
"Hay dos versiones de la novela. La segunda, la que tienen ustedes, es la mejor", dijo, finalmente. En su calidad coincidieron sus colegas españoles y los miembros del jurado. "Lo que más me llama la atención es el nivel de corrupción que revela en la Argentina. Pero si algo le agradezco al libro es que no lo acuse de forma explícita", dijo Rosa Regˆs, que el año último ganó el premio Planeta.
Más de 200 personas asistieron al acto. Había periodistas de varios medios europeos y, sobre todo, de América latina, que acribillaron al escritor con preguntas de todo tipo, en las que se cruzaba su vertiente de literato y de periodista.
¿Qué piensa de que los autores argentinos que publican en España no puedan vender en la Argentina por el precio de los libros? ¿Cómo cree que podría solucionarse la crisis de Colombia, Venezuela y de la Argentina? ¿Cómo hace para escribir sobre su país si reside en los Estados Unidos?, fueron algunas de las tantas preguntas que escuchó. Y contestó.
Luego, en diálogo con LA NACION, reveló que ya tiene en mente su próxima novela: un relato sobre la Argentina del gobierno militar, "pero no sobre torturadores y secuestrados, sino sobre la gente común".
-Usted confesó que durante un tiempo estuvo obsesionado por el fenómeno del peronismo y sus principales figuras. ¿Eso ya lo superó o nos espera algo más al respecto? -Yo ya me despegué del tema. Pero ahora es el tema el que me persigue. Tengo el compromiso de un largo artículo periodístico con la trama secreta del secuestro del cadáver de Evita. Aún tengo todos los papeles de eso -incluso el título de propiedad de la bóveda en la que descansó su cuerpo en Italia-, de modo que ahora mismo pondré manos a la obra.
Y de pronto, el relato de "Santa Evita" -la novela que editó en 1995 y que llegó a vender más de un millón de ejemplares- lo impregna todo de nuevo. La gente pregunta y, sin hacerse rogar, Martínez apela una vez más a la fuente inagotable de relatos que tiene sobre la vida de Juan Domingo Perón y de su mujer Isabel, en la ya demolida quinta 17 de Octubre, en la zona residencial periférica de Madrid denominada Puerta de Hierro. El mismo sitio donde también llegó el cuerpo embalsamado de su ex mujer.
"En 1971 vi allí a Isabel Perón peinando con un cepillo el cabello del cuerpo embalsamado de Evita", que había muerto casi veinte años antes, contó el escritor.
Según su relato, en una entrevista con Perón mantenida en esa residencia, éste le ofreció "ver" a Evita. Martínez aceptó y fue así que el general ordenó a Isabel, su mujer: "Preparala". Dicho y hecho: la historia terminó con el cuerpo embalsamado sobre una mesa de comedor, acicalado para la exposición por quien luego fue presidenta del país.