Etimología - El origen de la palabra: milagro
El hombre ha sido desde los tiempos más remotos, una criatura fascinada por aquello que no podía entender y sigue siéndolo aun hoy, cuando el conocimiento científico ha desbrozado buena parte del territorio de lo inexplicable.
Los latinos llamaban miraculum a aquellas cosas prodigiosas que escapaban a su entendimiento, como los eclipses, las estaciones del año y las tempestades.
En español se dijo durante mucho tiempo miraclo (Berceo) y miraglo (Palencia), que serían formas de españolización más adecuadas del latín miraculum ‘prodigio’, ‘milagro’, pero en romance peninsular la r y la l intercambiaron sus lugares, de modo que la forma actual ya aparece cristalizada en el Diccionario latino-español, de Nebrija (1495).
Miraculum provenía de mirari, que en latín significaba ‘contemplar con admiración, con asombro o con estupefacción’. La forma latina se mantuvo con idéntica grafía en el francés y en el inglés miracle, y en el italiano miracolo, entre otras lenguas neolatinas.
Mirari dio origen a otras palabras que el latín legó al español, tales como mirabilis, que derivó en admirable; miratio, -onis, en admiración y también en espanto; mirator en admirador, y mirificus en mirífico, admirable, maravilloso.
Estos textos ha sido extraídos de los libros de Ricardo Soca La fascinante historia de las palabras, Nuevas fascinantes historias de las palabras, El origen de las palabras e inéditos.
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