colosal
Etimología - El origen de la palabra: colosal
Proviene del griego kolossós, una palabra de origen incierto usada por Heródoto para designar esculturas gigantescas construidas en Egipto, entre las que se destacaba el Coloso de Rodas, una estatua de Apolo de 36 metros, erguida a la entrada del puerto de Rodas, alrededor de 280 a. de C.
El vocablo griego fue adoptado por los latinos como colossus. Doscientos años después de la creación del Apolo de Rodas, cuando Vespasiano y Tito construyeron el Coliseo romano, le dieron ese nombre porque su tamaño, que para la época resultaba gigantesco, les recordaba las proporciones de las estatuas descritas por Heródoto. Cabe observar que los romanos no se basaron en kolossós, sino en su derivado kolosiáios ‘colosal’.
Coloso pasó al francés hacia fines del siglo XV, bajo la forma colosse y fue tomada por el inglés como colossus. En castellano, aparece registrado en 1580, y su derivado colosal figura en el Diccionario castellano (1765-83), de Esteban de Terreros. Covarrubias la incluyó en su diccionario (1611), pero para designar apenas ‘una estatua de grande disposición, que con extremo excede la estatura natural’.
Estos textos ha sido extraídos de los libros de Ricardo Soca La fascinante historia de las palabras y Nuevas fascinantes historias de las palabras.
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