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mamá
Se ha dicho que la sílaba ma está presente en la palabra que designa a la madre en casi todas las lenguas, probablemente porque para un bebé es la sílaba más fácil de pronunciar y porque es el sonido que sale de manera natural cuando el niño mueve los labios en el gesto de mamar.
Así sucede en el indoeuropeo, que cuenta con la base ma-, con el significado de ‘madre’. Los griegos utilizaban el término maia ‘madre’, ‘madrecita’ para dirigirse con respeto a las mujeres mayores. El latín mamma significa tanto ‘madre’ como ‘teta’; en el Dictionario hispano-latino (1495) de Nebrija: ‘Mama: Madre de niños (latín mamma, -æ)’. Mama llegó al castellano directamente del latín, como palabra grave. La moderna forma aguda, mamá, fue adoptada en el siglo XVIII por influencia de la afrancesada corte española de la época, que quiso imitar el francés maman, según admitió la Real Academia Española en 1803 en su Diccionario, pero el castizo mama se usa hasta hoy en medios rústicos de diversas regiones de España y de América.
Mama está también en el origen de numerosas palabras de uso corriente, tales como mamar, amamantar y mamífero, entre muchas otras. En mamífero se observa la presencia del elemento compositivo -fero, del latín ferre ‘llevar’, ‘portar’, equivalente al griego phoréin. En el portugués de Brasil, se llama mamão a la papaya, una designación que ha sido atribuida por algunos a la forma de teta que tiene esta fruta.