
secreto
Práctica de reservar una información que solo conoce una persona o un grupo. Para que exista un secreto deben cumplirse cuatro condiciones: 1) que exista realmente una información; 2) que esta sea desconocida para el común de la gente; 3) que solo una persona o unas pocas la conozcan y 4) que tal conocimiento sea custodiado, según explica Juan C. Riofrío Martínez Villalba en El derecho de los secretos, Temis (2008).
Existen informaciones que son mantenidas en secreto por ley, que solo pueden ser conocidas por los funcionarios habilitados para ello. En estos casos, la revelación del secreto puede constituir un delito.
Con la irrupción de la informática, se hizo práctica normal el almacenaje de informaciones secretas en soporte computacional, a las que solo se puede teneer acceso mediante el uso de contraseñas que solo son conocidas por las personas habilitadas para tal.
Existen registros del uso de la palabra secreto en nuestra lengua desde el siglo XIII, en las obras piadosas de Gonzalo de Berceo, en los trabajos de Alfonso X, en el Poema de Alexandre y en Calila y Dimna, entre varias otras fuentes. Veamos este fragmento de Alexandre:
Non se tovo por esto encara por pagado,
el secreto del mar a tod' escodriñado,
por todos los peligros nunca fue quebrantado [...]
La palabra proviene del latín secrētus, participio pasivo del verbo latino secernĕre ‘separar’, ‘poner aparte’, ‘apartar’. Para los romanos secrētus era todo aquello que estaba ‘apartado’, ‘aislado’, ‘oculto de la vista de los demás’. En las Epístolas de Cicerón aparece la frase secreto hoc audi que significa ‘escucha esto en secreto’.