
olvidar
Dejar de retener en la memoria algo o alguien: Olvidé su rostro, sus facciones. Si bien olvidar es transitivo, en América Latina, así como en algunas regiones de España, es más común la forma pronominal olvidarse, que funciona con complemento de régimen, introducido por la preposición de: Me olvidé de su rostro. Es la forma que emplea Ángeles Mastretta en Arráncame la vida (1990):
La sentí sobre la seda de mi vestido y me olvidé de los doce campesinos.
La palabra nos llegó desde el latín vulgar *oblitāre, y este derivado del latín clásico oblītus. En Berceo se usa la forma antigua oblidar: Oblidaron los monges el pasado lacerio en Vida de Santo Domingo de Silos.
En tiempos del Poema de Mio Cid se usó más la grafía olbidar, que persistió durante varios siglos:
Del día que fue conde non yanté tan de buen grado,
el sabor que dend é non será olbidado.
Sin embargo esta forma se tornó minoritaria a partir de fines del siglo XV, cuando la grafía contemporánea olvidar quedó establecida con los vocabularios de Palencia (1490) y Nebrija (1495).