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La jerga de la delincuencia en España

18/04/2008

Rafael Hernández, El Diario del Torrent, ValenciaLa jerga es una forma de expresión peculiar que utilizan para entenderse grupos de personas de una misma condición u oficio. Antiguamente las jergas estaban mal vistas, incluso en muchas épocas han sido castigadas por la ley, ya que el lenguaje que no era entendido por parte de la sociedad se asociaba a conjuntos delictivos, en cambio con el tiempo muchos de estos modismos han pasado a formar parte del lenguaje coloquial. En estos tiempos en cualquier profesión utilizan su argot, ya que les ayuda a resumir o simplificar frases facilitando la labor de su trabajo. Pero sin duda unas de las jergas más antiguas son las utilizadas por los delincuentes para eludir o confundir a los cuerpos de seguridad, aunque estas artimañas cada vez les sirven de menos, ya que la policía conoce su lenguaje y además, tiene su argot propio. Entre delincuentes profesionales anden en libertad o encarcelados suelen usar, en España, el siguiente lenguaje: pasma, maderos, guindillas, picos, iguales y aceituneros cuando se refieren a la policía, alangari lo emplean cuando logran el indulto; león es el conserje o carcelero; alivio es el abogado; balichó, la comida o rancho de la cárcel; buhardilla es el bolsillo de la camisa; y el buzo, el destornillador. Bachante significa disparo; brújula o señor lo emplean para el sexo masculino, culata, bolsillo del pantalón; y chindar; hacer desaparecer una cosa o prueba. Castaña es el cumplimiento de una sentencia; chaluta, chalet o casa de campo; cliseras, gafas; derrotarse, venirse abajo y confesar ante la policía, y escarapil, cárcel. Espadista, el que abre las casas ajenas con llaves; guirlacha, ventana; gara, estación; iri es el pasaporte; jujana, mentira; y lima le dicen a la camiseta. Largueta cuando obtienen la libertad provisional, el mopri, notario, palomo, perla o pavo significa víctima. Moma, la mujer que es explotada por un chulo; muleta, el periódico que usan los carteristas para disimular la sustracción; majaora, autopista; jibiona, homosexual; y raspa empleada de hogar. Rabero es el que se dedica a sobar a las mujeres en transportes públicos; renque, el tren; reverendo o cueceleches para referirse al sexo femenino; rumay mujer o compañera; soñarreras son los ladrones de coches, y trujinche le dicen al estanco. La tapa es la bufanda, y la tartamuda, la metralleta. Este es un pequeño resumen de la jerga o argot utilizado entre el mundo delictivo, si se dedicaran a hacer el bien en vez de dañar a la sociedad, a más de uno «otro gallo le cantaría», porque desde luego de imaginación andan sobrados.