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Australia: las niñas con trastornos del lenguaje podrían estar perdiéndose el tratamiento

15/08/2022
Ellen Phiddian

Se diagnostican más trastornos del lenguaje a los niños, pero los datos sugieren que las niñas son igualmente susceptibles. Las niñas australianas tienen la misma probabilidad de padecer trastornos del lenguaje que los niños, pero se les remite menos a los médicos encargados del tratamiento.

Un estudio publicado en la revista Journal of Paediatrics and Child Health (Revista de Pediatría y Salud Infantil) ha descubierto que aproximadamente el seis por ciento de su cohorte de niños de 10 años padecía trastornos del desarrollo del lenguaje (TLD), pero no había una diferencia significativa entre los sexos.

“Los trastornos del desarrollo del lenguaje son una afección en la que los niños tienen dificultades para comprender y utilizar el lenguaje en comparación con los niños de su edad”, explica el autor principal, el Dr. Sam Calder, logopeda de la Escuela de Salud Asociada de la Universidad de Curtin.

“Esto puede significar que usan menos palabras que los niños de su edad, que tienen dificultades para seguir las instrucciones en el aula o de los padres, o que dudan al interactuar”.

La aparición del DLD suele ser antes de los cuatro años y es una enfermedad que dura toda la vida. “No tiene cura, y estos niños tienden a no alcanzar nunca el nivel de sus compañeros”, dice Calder. Los investigadores se basaron en los datos del Estudio Raine, que ha seguido la salud y el desarrollo de casi 3.000 niños de Australia Occidental, nacidos entre 1989 y 1992.

Examinaron los datos sobre el lenguaje de los participantes a los 10 años de edad, un total de 1626 niños, 104 de los cuales fueron evaluados como niños con DLD. El equilibrio de género en los niños con DLD era más o menos parejo, lo que contrasta fuertemente con los niños que son remitidos por dificultades de lenguaje.

“Lo que solemos encontrar clínicamente es que hay muchos más niños que acuden a los servicios. Algunos estudios han encontrado una proporción de cinco a uno entre niños y niñas que acceden a los servicios clínicos. Pero los estudios basados en la población, como éste, muestran que en realidad no hay diferencia de sexo entre los niños y las niñas que presentan DLD”, dice Calder.

Esto sugiere que existe un “sesgo de derivación” hacia los niños con dificultades lingüísticas. ¿Qué podría haber causado esta disparidad? ¿Se presenta el DLD de forma diferente en los niños que en las niñas?

“Esa es la pregunta del millón”, dice Calder.