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Aprende a estimular el lenguaje de tu bebé

03/05/2022

Pon música y habla mirándolo a los ojos

A partir del segundo mes, los bebés comienzan a realizar sonidos cortos, como las vocales; y, mes a mes, van mejorando esta habilidad. Los padres pueden ayudarles en el desarrollo del lenguaje, tal como nos indican nuestros especialistas del servicio de Pediatría y Adolescencia del Hospital Ruber InternacionalEste enlace se abrirá en una ventana nueva. Para hacerlo, conviene tener en cuenta estos consejos para comunicarse con los recién nacidos.

Cuando hables a tu hijo, mantén el contacto visual con él. Para ello, debes colocarte a su altura y mirarle a los ojos. Además, es importante que utilices un tono suave, vocalices bien y varíes la entonación.

Utiliza onomatopeyas, que son palabras que imitan los sonidos, y habla como el bebé. Esto último se conoce como baby-talk o motherese, que consiste en repetir frecuentemente palabras y frases. Esta forma de comunicarse con los bebés es muy importante, por lo que no solo deben aplicarla los padres sino toda la familia.

Realiza gestos y anímate a ser muy expresivo cuando te comuniques con tu bebé, al leerle un cuento o al cantarle. Por ejemplo, puedes exagerar la entonación y acompañar las palabras de gestos, entre otras acciones. ¡Recuerda que una cara y una voz expresivas son muy atractivas para los peques! Además, nuestros especialistas añaden que "las palabras bien pronunciadas establecen las bases del aprendizaje de los idiomas".

Cuando miras cuentos con tu bebé, es aconsejable que nombres y señales los objetos, las comidas, los animales, los colores, etc. que van apareciendo en la historia. Al respecto, nuestros especialistas nos destacan que es una experiencia enriquecedora para padres e hijos, sobre todo si se utilizan libros ilustrados, que estimulan los sentidos de los bebés y les motiva a reconocer figuras, colores y animales, siendo su primera toma de contacto con la lectura.

Pon música. Esto también consigue estimularle, así que anímate a escuchar cualquier tipo de música y cantarle nanas o canciones infantiles.

Juega con las palabras y no te olvides de nombrar todo lo que usáis mientras jugáis juntos. Es fundamental aprovechar cualquier momento para hablar al bebé.

Contesta a los primeros sonidos del bebé y anímale a que vuelva a hacerlos. Antes de las palabras, los niños emiten sonidos que se conocen como lenguaje preverbal durante los primeros meses. "Es importante responderle con la mirada, con la sonrisa y con palabras. Imita sus sonidos para animarle a repetirlos", nos comentan nuestros pediatras.

Muestra al bebé qué sonidos hacen los animales, como la vaca, el perro, el gato, etc., y motívale también para que los repita.

Ayuda al bebé para que ejercite los músculos de la boca y la lengua. Para ello, debes retirar el chupete lo antes posible y permitir que consuma alimentos sólidos y en trozos pequeños conforme vaya creciendo. "Masticar es un ejercicio que utiliza los músculos implicados en el lenguaje", apuntan nuestros especialistas.

Evita hablar por el bebé. Tampoco acabes sus palabras. Lo mejor es que le des tiempo para que sea él quien intente comunicarse.

Descarta el uso de los teléfonos móviles, iPad u otros juguetes electrónicos.

A partir del segundo mes, los bebés comienzan a emitir sonidos cortos, como las vocales. Entre los 3 y 4 meses empiezan a hacer ruidos que parecen una conversación. A partir del cuarto mes de vida, los bebés pueden emitir sonidos de manera espontánea. A los 10 meses, comienzan a duplicar sílabas llegando a formar palabras cortas, como papá, mamá y tete, e incluso son capaces de conocer algunas palabras y entender lo que significan.

Entre los 13 y 15 meses, los bebés realizan ruidos con pausas que dan la sensación de conversaciones, aunque no se entiende lo que hablan. A los 15-18 meses, ya pueden decir algunas palabras de forma espontánea.

A los 18-24 meses, pueden comprender ordenes que sean fáciles. No obstante, nuestros especialistas en Pediatría nos señalan que este esquema debe servirnos de guía, pero no hay que tomárselo de forma estricta, ya que cada bebé puede alcanzar estas etapas a un ritmo distinto. Lo que sí hay que tener en cuenta es que los progresos sean constantes y permitan adquirir habilidades a los pequeños.