Estalla en Japón un nuevo “boom” de “Cien años de soledad”
La tapa ilustrada por Ryuto Miyake para la edición japonesa
De la pluma de Gabriel García Márquez, Cien años de soledad fue, y parece que sigue siendo, la novela en español más celebrada en este planeta. Literatura de ficción, aunque también en esencia de no ficción, que versiona la realidad como no podría haberse hecho en Londres, París o Nueva York. Para uno de sus primeros traductores al japonés, el profesor Keisuke Dan de la Universidad Meiji, este enorme cuento desde las entrañas de Colombia:
…demostró que las historias indígenas y vernáculas, más que las historias urbanas y sofisticadas, pueden entenderse en todo el mundo.
La novela que le valió al famoso escritor colombiano el Premio Nobel de literatura de 1982 sintetizó el momento de atención internacional del denominado “boom latinoamericano”, aquel fenómeno que puso en boca de los países desarrollados el nombre de jóvenes escritores de este enorme continente, descartado como lugar menor, periferia o mundo secundario. ¡Hoy, Cien años de soledad vuelve a la cresta del éxito con un tsunami de lectores en Japón!
A la primera publicación en 1967 de Cien años de soledad, rechazada por distintas editoriales, solo le seguiría la fortuna: traducciones a cuarenta y seis idiomas, cincuenta millones de ejemplares vendidos y una serie de Netflix por estrenarse este 2024. Un año en el que esta obra que popularizó el término “realismo mágico” no ha dejado de dar sorpresas.
La genial traducción de Tadashi Tsuzumi se remonta a 1972, cinco años después de la publicación original de la novela. Sin embargo, este trabajo del también traductor de Alejo Carpentier, Manuel Puig, Jorge Luis Borges y Juan Carlos Onetti, desde el castellano tipográfico al “kanji”, vuelve a las librerías como nunca antes, convertido en un libro de bolsillo y casi en un objeto de deseo en Japón, gracias a la editorial Shinchōsha especializada en manga.
Una novela conocida por su difícil lectura, entre otras cosas, debido a sus muchos personajes con el mismo nombre. De ahí una frase condenatoria sobre Cien años de soledad:
…convertirla en un libro de bolsillo sería el fin del mundo…
Sin embargo, esta acción parece que solo ha sonreído a los editores, como también sonríe una ola gigante de lectores japoneses que han comprado, según reportes del diario The Mainichi, nada menos que doscientos noventa mil ejemplares en apenas ocho semanas, todo un récord en el país del sol naciente para la intrincada historia de la familia Buendía.
El éxito de esta versión de bolsillo se debe en gran medida a la bella portada del ilustrador Ryuto Miyake, un toque distintivo de esta nueva edición nipona de Cien años de soledad, aparentemente irresistible para muchas personas que nunca habían leído el texto y que, quizá, nunca lo leerán, siendo seducidas, sin embargo, por el prolijo arte visual propuesto.
El trabajo de Tsuzumi y Miyake, asequible, fácil de llevar y acompañado de un gigantesco árbol genealógico de la larga estirpe de los Buendía, ha permitido una aproximación cómoda a una obra maestra descrita como ampliadora de las posibilidades para la novela, una carta de amor que América Latina se escribió a sí misma y que ha seducido a lectores en sitios por completo diferentes, pero compulsivamente humanos. Como escribió Keisuke Dan:
No hay duda de que esta es la obra más importante de la literatura mundial de la segunda mitad del siglo XX, en el sentido de que dio valor a los escritores que vivían en regiones fuera del centro del mundo, incluido Japón, y en las fronteras.
Quizá en el futuro veamos más ediciones innovadoras de Cien años de soledad en otros países. También de la vasta producción narrativa de García Márquez: El coronel no tiene quien le escriba, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera, Del Amor y otros demonios, La hojarasca, El general en su laberinto, El otoño del patriarca, Memorias de mis putas tristes, Vivir para contarla, La mala hora o Relato de un náufrago.