
El discurso de quien despotrica ha sido comparado con la carrera descontrolada de un potro indómito.
despotricar
Hablar sin control ni reparo, diciendo todo lo que a uno se le ocurre, generalmente atacando a los demás.
Vocablo de origen desconocido; el etimólogo español Pedro Felipe Monlau supone que se trate de un derivado de potro o, más bien, de su diminutivo potrico, equiparando su definición con los movimientos vivos y desordenados del potro.
Corominas observa que en el Quijote (cap. XXV) ya tiene aproximadamente la acepción moderna, en boca de Sancho Panza:
No me lo haga decir la señora, porque por Dios que despotrique y lo eche todo a doce, aunque nunca se venda.
Sin embargo, este verbo tiene diferentes significados en distintas variedades: en Chile es ‘despedazar a una persona aplastándola, mientras que en Canarias es ‘derrochar el patrimonio’. Corominas observa que en Alberca, Salamanca, espotricar significa chisporrotear y cita a Krüger, quien cree que se deriva de potrisco ‘chispa del fuego’, en lo que puede ser una comparación del recorrido rápido y zigzagueante de una chispa con el galope de un potro.