
Páramo de Rabanal, en Colombia / Foto: Patricio Mena Vásconez
páramo
Planicie yerma de gran extensión, cubierta de vegetación de tipo matorral y pastizal. Los de tipo “andino”, se caracterizan por desarrollar en regiones pluviales muy altas, especialmente en la zona amazónica de los Andes. No obstante, los páramos abundan en el norte de África, en América del Norte, en Asia y en Australia.
La palabra nos llegó desde el latín hispánico parămus, pero se trata de una voz prerromana atestiguada desde muy antiguo en la región donde hoy está Galicia, la Gallaecia de los romanos, además de León y Asturias. Corominas (1980) afirma que no procede del vasco, ni del ibérico, ni de las lenguas célticas pero que es probable que se vincule con alguna lengua indoeuropea, aunque no aparece en el Diccionario etimológico indoeuropeo de la lengua española (1996), de Roberts y Pastor. Para seguir el rastro de los orígenes de la palabra, Corominas menciona localidades con ese nombre, dos de ellas en Burgos, dos en Palencia, dos en Asturias, dos en León, dos en Lugo, dos en Pontevedra y cuatro en Coruña.
En el Corpus Diacrónico del Español (Corde), aparece atestiguada la palabra paramo (sin tilde) en la pluma de un autor anónimo de 1124.