
descarado, desfachatado
Desvergonzado, insolente, atrevido, irrespetuoso son los significados, aproximadamente sinonímicos de estos dos vocablos. ¿De dónde nos vienen?
La siempre sorprendente historia de las palabras parece decirnos que la vergüenza la llevamos en la cara —del griego κάρα (kára) ‘cabeza’, ‘rostro’ — como parte del equipaje con que venimos al mundo, y que el sujeto desvergonzado, en consecuencia, no tiene cara; es descarado.
La palabra latina facies ‘cara’ nos dio en castellano faz, pero en italiano se convirtió en faccia, con el mismo significado. Más tarde, a partir de faccia, surgió sfacciato ‘descarado’, que en nuestra lengua tuvo un doblete bajo la forma desfachatado. Sfacciato formó también sfacciatezza ‘desfachatez’, ‘descaro’.
El escritor peruano Jaime Bayly, en su novela Los últimos días de “La Prensa” (1996) escribió:
El mermelero de Enrico Botto escribe sus editoriales y después le pasa la factura a la Sociedad de Industrias. Es un coimero descarado.