
Garabatos trazados distraídamente sobre el papel
garabato
Trazo confuso hecho con un instrumento manual de escritura, o escritura mal trazada, como la de un niño que todavía no aprendió a escribir: Mientras espera que lo atiendan por teléfono, suele hacer garabatos en un papel.
También se usa para denominar una vara provista de un gancho en un extremo, que se usa, entre otras cosas, para arrancar algunos frutos —como el higo—, de un árbol.
Se trata de un vocablo muy antiguo, probablemente prerromano, emparentado con el santanderino gárabu ‘palito’. En el siglo XVII, y probablemente antes, se usaba con esta última denotación, como vemos en este fragmento de Juan Méndez Nieto en su obra Discursos medicinales (1606-1611, Corde), escrito con v:
(...) eché mano a la espongilla con un garavato que en lo alto de la caña puse y baxéla y vídela, con tanto gusto y regozijo que me quitó el enojo que del negro y de la mula tenía.
En el siglo XVII, pasó a significar ‘gancho’, como los de colgar carne, hasta que en el siglo XIX, esta denotación de ‘gancho’ se convirtió en ‘escritura desaliñada, como en este fragmento de Benito Pérez Galdós en Fortunata y Jacinta (1887, Corde): pon cuatro números, cuatro letras y el garabato de tu firma.
Más recientemente, surgió el verbo garabatear ‘trazar distraídamente dibujos sin forma sobre el papel’.