
Apolo y las nueve musas
musa
Cada una de las nueve deidades que, según el mito griego, protegían las ciencias y las artes. Eran hijas de Zeus y Mnemósine, la diosa de la memoria, miembros de séquito de Apolo, quien enamoró a cada una de ellas y tuvo hijos de todas.
El culto a las musas se originó en Tracia (en la actual Bulgaria) y en Beocia (al norte de Atenas). Las nueve musas eran Calíope (de la elocuencia), Clío (de la historia), Erató (de la poesía lírica amorosa), Euterpe (de la música), Melpómene (de la tragedia), Polimnia (de los himnos y la poesía sagrada), Talía (de la comedia), Terpsícore (de la danza) y Urania (de la astronomía y las ciencias exactas).
La palabra llegó al castellano en el siglo XV en la pluma de diversos autores, como Rodrigo Sánchez de Arévalo en su Vergel de los príncipes (1454):
[...] porque disen que las nueue musas la fallaron (hallaron), e como este nombre musas, quiere dezir buscantes, ca fingen los poethas que estas musas buscaron e fallaron las dulçes armonias de los cantos en la voz humana.
El vocablo proviene del latín clásico musa, que se formó a partir del griego μοῦσα (moûsa).