zurdo
El 13 de agosto de cada año se celebra el Día Internacional del Zurdo, que tiene lugar en todo el mundo desde 1992 con el fin de conscientizar a la gente sobre esa característica compartida por el 10% de la población mundial, que tiene sus inconvenientes pero también sus ventajas, como demuestran las hazañas de zurdos célebres como Messi, Maradona y el brasilero Roberto Carlos. O, si se prefiere, Aristóteles, Miguel Ángel y Benjamín Franklin.
Como ocurre con muchas conductas y actitudes, la zurdera es congénita, ya viene configurada en el cerebro desde la gestación. Hasta hace algunos años, se buscaba “curarla” atando la mano izquierda de los niños y obligándolos a escribir con la derecha, así como muchos pretenden, incluso hoy, “curar” la homosexualidad. La preferencia por el uso de la mano izquierda no es un defecto, ni una enfermedad, ni una minusvalía; los zurdos tienen la misma destreza de quienes no lo son, aunque los dispositivos que tienen que manejar cotidianamente, tijera, mouse, sacapuntas, reloj pulsera, comandos del automóvil, no estén configurados para ellos.
El cerebro tiene dos hemisferios exactamente iguales y que cumplen idénticas funciones en todos los mamíferos menos en el hombre. Para el 98% de las personas diestras, las funciones intelectuales que requieren un alto grado de organización, tales como el lenguaje, el razonamiento matemático y la habilidad musical residen en el hemisferio izquierdo, cuya circunvolución precentral, situada en la parte superior del órgano, controla los movimientos del lado derecho del cuerpo. Por su parte, el hemisferio derecho, que controla la creatividad y el gusto artístico, entiende las metáforas y disfruta los chistes, se ocupa también de los movimientos del lado izquierdo del cuerpo.
Esta división de funciones, llamada “lateralización del cerebro”, ocurre exclusivamente en los seres humanos. Algunos individuos, por razones que todavía se desconocen, nacen con el cerebro lateralizado a la inversa, con las funciones altamente organizadas situadas en el hemisferio derecho, lo que hace que el lado izquierdo del cuerpo sea en ellos dominante. Sin embargo, esto no significa que ambos hemisferios funcionen independientemente uno del otro, puesto que, si así fuera, el funcionamiento de nuestra personalidad se vería afectado. Por el contrario, las dos mitades del cerebro están unidas por una conexión de entre tres y cuatro pulgadas de largo y una de ancho por donde pasan más de doscientos millones de axones (terminales nerviosos) que las conectan como una gigantesca red de cables más compleja que el tendido telefónico de una gran ciudad. Esta conexión, llamada “cuerpo calloso”, permite que el órgano funcione como una unidad perfectamente coordinada y sincronizada.
¿Por qué el cerebro del Homo sapiens es el único que se lateraliza? ¿Por qué ocurre esto con los humanos y no con los demás animales? ¿Por qué no hay animales zurdos? En los últimos veinte años, la neurociencia ha alcanzado más conocimientos sobre el funcionamiento cerebral que todo lo que se sabía a comienzos de este siglo, pero todavía no ha logrado establecer con certeza la respuesta a esas preguntas.
La hipótesis más aceptada es que el cerebro se lateralizó con el surgimiento del lenguaje, una función que apareció por evolución hace unos 150/200.000 años, que permitió a ciertos primates homínidos convertirse en humanos, al abrir el camino al pensamiento abstracto, a la posibilidad de prever planificar acontecimientos futuros y luego el desarrollo de las matemáticas, la ciencia y las técnicas.
La palabra zurdo, documentada en castellano desde 1475, está emparentada con el vasco zur ‘avaro’ y zurrun ‘inflexible, pesado’, según Corominas. Zurdo parece estar asociada en sus orígenes a la torpeza que en cierta época se atribuía a los sordos. La lingüística histórica ha permitido establecer que el fonema vibrante múltiple [-rr-] se cambia a [-rd-] en palabras de algunos substratos prerromanos de la península ibérica.