serpentina
Del latín serpere ‘arrastrarse’ y, más precisamente, de su participio presente serpens, serpentis 'el/la que se arrastra', se derivó la palabra española serpiente, que sería un semicultismo, según Corominas, puesto que solo aparece en el lenguaje literario. En su lugar, el pueblo siempre usó culebra en toda la península ibérica, excepto en Portugal, donde se prefirió cobra. En latín, serpens ‘la que se arrastra’ ya se usaba como un eufemismo para evitar anguis, la palabra latina para serpiente, que acabó por derivar en anguila.
Serpentín, diminutivo de serpiente, que aparece en el siglo XVI, designa una pieza de hierro donde se ponía la mecha encendida para hacer fuego con el mosquete.
En cambio, serpentina es mucho más antigua: ya en el siglo XV se empleaba como sinónimo de 'pequeña culebra'. Con el significado de ‘papel enrollado usado en el carnaval’ no se presenta hasta el siglo XIX. En el diccionario de la Academia se registra por primera vez esta acepción en su edición de 1914:
Tira de papel arrollada que en días de carnaval se arrojan unas personas a otras, manteniéndola sujeta por un extremo.