botica
Actualmente la palabra botica, casi totalmente sustituida por farmacia, se utiliza menos que a comienzos del siglo XX, aunque todavía en muchos lugares siguen denominándose así aquellas farmacias antiguas en las que, además de medicamentos industrializados, venden productos elaborados por el propio boticario. Como el alemán Apotheke ‘farmacia’ y como el francés boutique ‘tienda pequeña’, botica proviene del griego bizantino apotheké ‘almacén o depósito de mercaderías’. La primera referencia española de botica aparece en Calila y Dimna, en 1251, aunque en esa época el vocablo se refería a una ‘tienda’, como el catalán botiga.
De botica procede también botiquín, que designa una ‘caja de medicamentos’, y en portugués botequim, que alude a un ‘bar popular’.
Otra palabra estrechamente emparentada con botica es bodega, que proviene no del griego apotheké, sino del vocablo latino derivado de este, apotheca, y que entró al castellano como abdega y permanece en el portugués actual como adega.
En documentos navarros del año 1063, el bodeguero era llamado uotecarius.