navaja
Para los romanos, hacerse la barba o raparse la cabeza era una forma de renovarse, de iniciar, de cierta forma, una nueva vida.
Por esa razón, llamaron novatio, tanto al acto de renovar algo como al de afeitarse.
Al aparato que utilizaban para esta renovación lo llamaron novacula. El poeta hispanorromano Marcial usaba la expresión novacula nudare caput, para expresar el acto de ‘raparse la cabeza con navaja’.
En el latín vulgar hispánico, novacula fue alterado a navacula, que con el correr de los siglos se fue transformando en navaja.
Los mozárabes ―cristianos que permanecieron en las tierras dominadas por los árabes― adaptaron el nombre a la morfología árabe y llamaban nabâlī al cuchillo o cortaplumas.
Nebrija incluye novacula en su diccionario (1495) con el significado de ‘navaja de barvero’, pero la primera aparición de navaja tal como hoy la nombramos y escribimos fue Berceo, en la primera mitad del siglo XIII.