refunfuñar
Rezongar entre dientes. Emitir voces confusas o palabras mal articuladas o entre dientes, en señal de enojo o desagrado.
Es palabra que cuenta con registros literarios desde el siglo XVI, como en este fragmento del Libro de la oración y meditación, de Fray Luis de Granada (1554):
Contra lo cual vemos que hacen muchos, los cuales son como los mozos varones, que si no les bailan delante, van refunfuñando a los mandados.
Según Covarrubias (1611), el acto de refunfuñar es
costumbre de esclavos y de criados haraganes, que hazen la hazienda de mala gana, y del sonido que de las narizes con que manifiestan su enfado se dixo refunfuñar.
Corominas (1980) afirma que una ‘onomatopeya de los sonidos confusos y nasales que emite un rezongador’. El etimólogo catalán observa que formas comparables a refunfuñar ‒que al mismo tiempo se rozan con rezongar‒ se oyen en Bierzo y Astorga, comarcas no lejanas a Galicia y Portugal, donde se oye refungar, tomado del gallego fungar, mientras jungar se puede escuchar en algunos pueblos de Salamanca. En el portugués brasilero actual, fungar significa ‘aspirar o espirar ruidosamente por la nariz’. Curiosamente, la lingüista africanista Yeda Pessoa de Castro comenta en su diccionario Falares africanos de Bahia (Academia Brasileira de Letras, 2001), que en la lengua africana bantú, fungar, significa ‘aspirar fuertemente con ruido’ y ‘aspirar rapé’.
Cabe imaginar, aunque nada podremos probar, los caminos que hizo esta palabra para llegar del África a la provincia española de León. No es menos curioso que en regiones antillanas de ingente población afrodescendiente, como Puerto Rico, Cuba, México y Venezuela se use fungar con los significados de ‘oler’ y ‘refunfuñar’