taberna
En tiempos de Horacio (65-8 a. C.), taberna, palabra de origen etrusco, era en latín ‘cabaña construida con tablas’; más tarde, fue también ‘comercio, tienda’. En Cicerón, taberna aparecía con el sentido de ‘palco del Coliseo’, mientras que para el poeta Sexto Propercio, anterior en algunas décadas, designaba un ‘prostíbulo’.
En castellano, la palabra está registrada desde comienzos del siglo XIII, en los poemas piadosos de Berceo.
En la Edad Media, taberna conservaba el significado de Sexto Propercio, como ‘lugar de expendio de bebidas y encuentros con prostitutas’, como sugiere la imagen.
En Don Quijote, cuatro siglos más tarde, aunque aparece una única vez, ya tenía el sentido de ‘mesón, posada, almacén de venta al público’:
—Lo mejor es que no corran —respondió otro—, porque el flaco no se muela con el peso, ni el gordo se descarne; y échese la mitad de la apuesta en vino, y llevemos estos señores a la taberna de lo caro, y sobre mí la capa cuando llueva.
Sin embargo, el significado original de taberna como ‘choza’ dejó su huella en español en contubernio, que inicialmente significó ‘convivencia en una misma choza’. En su primera edición, en 1729, el diccionario de la Academia define contubernio como ‘convivencia con otro o con otra persona amistosamente’, pero enseguida precisa que ‘se toma regularmente por cohabitación ilícita o amancebamiento’. Hubo aquí una apofonía, es decir un cambio de vocal, trocando la a de taberna por u. Hoy, contubernio se usa más en política, con el sentido de ‘alianza espuria’.