camisa
El diccionario académico presenta dieciséis acepciones diferentes para esta palabra, pero nos quedaremos aquí con las dos primeras: ‘prenda de vestir que cubre el torso, abotonada por delante, con cuello y mangas’ y la otra, ‘prenda interior de tela fina y largura media que cubre hasta más abajo de la cintura’.
La etimología de camisa es controvertida. La Academia dice que se trata de una voz de origen celta, que nos llegó del latín tardío camisia. San Isidoro de Sevilla, un erudito que vivió en el siglo VI, hablante, por tanto, de un latín tardío, apuntaba, como etimólogo, el origen celta e iba aun más lejos: sostenía que se derivaba de cama, puesto que la camisa se usaba para dormir. Corominas también respalda esta hipótesis y agrega que San Jerónimo (siglo IV y V d. C) fue de los primeros en usar el neologismo camisia.
Sin embargo, otros autores señalan como origen el griego κάμασον (kámason) ‘túnica’, que pasó al latín como camasum y luego camisum, documentadas en el Glosario de DuCange, donde se les atribuye el origen griego arriba señalado. Esta hipótesis se ve respaldada por el hecho de que en el árabe encontamos la forma qámis, tomada del griego. Los mozárabes, cristianos del sur de España que mantuvieron su religión durante el dominio árabe, llamaban camiz, al alba, la túnica blanca que visten los sacerdotes en la misa.