taxímetro
Los taxis son casi tan antiguos como el motor a explosión. La novedad fue presentada al mundo por primera vez en Francia hacia fines del siglo XIX y en poco tiempo se hizo popular, al menos en Europa y Estados Unidos.
¿Por qué se llamaron así? Bueno, porque quienes los usaban pagaban una tasa o tarifa, en francés taxe, voz que se unió a mètre, del griego métron ‘medida’.
El etimólogo francés Albert Dauzat verificó el uso de esta palabra, primero como taxamètre y más tarde como taximètre, en 1906, pero estudiosos de lengua inglesa admiten que la palabra taximeter fue tomada del francés y ya era usada en 1898.
En nuestra lengua, primero se llamó taxímetro al aparato medidor, pero más tarde se extendió también al vehículo de alquiler equipado con taxímetro y, finalmente, la palabra se abrevió a taxi, más usada en la actualidad. Ambas palabras, taxi y taxímetro, fueron incorporadas al diccionario de la Academia en 1927.
La voz francesa taxe proviene del verbo latino taxare ‘evaluar’, ‘estimar’, ‘tasar’ y este, a su vez, del griego τάχις (táchis) ‘orden, ordenamiento, disposición’ . En cierta época, los penalistas del imperio romano usaban taxare con el sentido de ‘evaluar la pena que corresponde a un delito’.