camuflaje
Esta palabra ingresó al diccionario de la academia española en su edición de 1970, proveniente del inglés camouflage, lengua en la cual se empleaba desde la Primera Guerra Mundial, cuando el arte de ocultarse de los enemigos se había desarrollado mucho.
Algunos ejemplos no militares de camuflaje son las rayas del tigre y la piel de camaleón, que adopta el color del medio que lo circunda. El uniforme del soldado moderno se complementa frecuentemente con ramas de vegetales que hacen muy difícil percibir su presencia y le dan ventaja para atacar.
El inglés, por su parte, había tomado el término del verbo francés camoufler ‘tornar irreconocible’, testimoniado desde 1821; pero los franceses, a su vez, lo habían adoptado del italiano camuffare ‘engañar’, formado por ca’ (acortamiento de càpo ‘'cabeza’) y muffare, derivado de una raíz germánica con el sentido de ‘embrollar, confundir’, presente también en el inglés muffle ‘abrigar, envolver’.