elixir
Para los alquimistas, elixir era una especie de palabra mágica que les permitía definir la sustancia esencial de un cuerpo. Roger Bacon creía que el oro disuelto en una mezcla de ácido clorhídrico con ácido nítrico era el elixir de la vida, mientras que otros tomaron esta palabra de origen árabe para designar toda clase de remedios maravillosos capaces de curar un sinfín de enfermedades.
En nuestros días, elixir es un líquido de sabor dulce, que generalmente contiene una pequeña cantidad de alcohol, utilizado como vehículo en preparaciones farmacéuticas que contienen al menos un ingrediente activo, principalmente antihistamínicos, sedantes, expectorantes y analgésicos.
La palabra llegó al bajo latín de la península ibérica procedente del árabe el-iksir, usada, precisamente, para referirse al elixir de la vida de los alquimistas, pero los árabes la habían tomado del griego ξηρά(xerá) ‘sustancia seca’ y, más tarde, ‘sustancia esencial de un cuerpo´.
La voz griega dio origen también a otros vocablos de nuestra lengua, tales como xerocopia y xeroftalmia. La primera se refieren al proceso electrostático patentado en 1940 por el físico estadounidense Chester Carlson para la obtención en papel de copias secas, es decir, sin el uso de líquido revelador y fijador que se empleaba hasta entonces. Xeroftalmia (algunos prefieren la grafía con tilde: xeroftalmía), por su parte, designa la dolencia por la cual la córnea se torna opaca, dando la impresión de que le falta irrigación al ojo, aunque esta alteración, en realidad, se debe a la carencia de algunas vitaminas.