proxeneta
Esta palabra se usa hoy exclusivamente para denominar al sujeto que explota la prostitución de una mujer y, en menor medida de adolescentes, niñas y niños, así como personas trans y hombres. En el diccionario de Nebrija (1495), la palabra se define como un mero intermediario comercial: ‘corredor de mercadería’.
Proviene del latín proxenēta; en esa lengua tenía el mismo significado que le atribuye Nebrija, de ‘intermediario o corredor’, derivada del griego προξενητής (proxenētés), una especie de cónsul informal o de protector, que ayudaba a sus compatriotas en una ciudad extranjera.
Sin embargo, en el diccionario de Terreros (1688), el proxeneta era ‘una especie de intermediario para ventas, compras y casamientos’.
En el diccionario de la Academia también tuvo un significado semejante hasta la edición de 1899, en la que define proxeneta como ‘alcahuete’ en el sentido de aquel que ‘solicita o sonsaca a una mujer para usos lascivos con un hombre’. El significado actual de proxeneta solo lo hemos hallado en español en el siglo XX, como en este texto del escritor Vicente Blasco Ibáñez, en su Traducción de las mil y una noches (c 1916): Hete aquí ahora solicitado para proxeneta de una mujer con otra mujer! (Corde).
Es proxenetismo es un delito vinculado a la trata de personas, en la que las víctimas son frecuentemente iniciadas bajo amenazas o mediante el uso de la fuerza. Las mujeres que se dedican a esta actividad suelen ser llamadas madama o matrona.