carpintero
Los carruajes de los romanos se fabricaban enteramente con madera, si bien contaban también con algunas piezas de metal, y se llamaban carpentum, una palabra de origen celta, proveniente de la raíz indoeuropea kers-.
Tito Livio cuenta que ciertas matronas romanas que habían donado oro de sus joyas al Estado para la guerra, fueron agraciadas por el Senado con el derecho de usar el carpentum, un carro de dos ruedas al cual, en los primeros años de Roma, muy pocas personas tenían acceso.
A partir de esta palabra se formó carpentarius, que se refería al artesano que se encargaba de construir carros, vocablo registrado en el siglo I d. de C. Hacia el siglo VIII, ya en plena descompuesto el imperio romano y fragmentada la lengua latina, se llamaba carpentarius a todo artesano que trabajara la madera, así como se llamó en francés charpentier al mismo oficio. En portugués es posible hallar carpinteiro ya en documentos del siglo XIII.Con el tiempo, esta denominación se fue aplicando a todos los que trabajaban con ese material.
Al principio, el término en español fue carpentero, según aparece registrado en 1209, pero un siglo más tarde, la primera e fue cambiada por i, posiblemente por influencia del verbo pintar, según una hipótesis de Corominas. Hacia 1300, el artesano en madera ya era conocido como carpintero, aunque jamás hubiera fabricado un coche.