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El judeoespañol busca sobrevivir en Turquía

Kuando muncho eskurese es para amanecer:

el despertar del ladino en Turquía Lea este artículo en inglés El ladino o judeoespañol, la lengua hablada por la comunidad judía de origen español, vive un intento de recuperación en Estambul después de décadas de falta de uso, que el Instituto Cervantes quiere apoyar a través de las Primeras Jornadas de Cultura Sefaradí.

La mayor parte de turistas hispanohablantes que visitan Estambul piensan que quizás sólo puedan escuchar su idioma de los hábiles comerciantes del Gran Bazar, dispuestos a aprender la lengua de Cervantes para engatusar a sus clientes.
Pero no, en la antigua capital otomana existe una gran comunidad cuya lengua materna es también el español, aunque no se trata de un español como el de hoy, sino más parecido al que se hablaba en España en la época del Descubrimiento.
Se trata de los sefaradíes: los judíos expulsados de España en 1492 en virtud del edicto de la Alhambra y que han conservado su lengua y sus costumbres a través de los siglos.
'Aquellos que los mandan pierden, yo gano', se cuenta que afirmó el sultán otomano Bayaceto II cuando abrió sus puertas a la llegada de los sefaradíes y era verdad, pues los judeoespañoles contribuyeron al desarrollo económico del imperio que los acogió.
Las Primeras Jornadas de Cultura Sefaradí organizadas recientemente por el Instituto Cervantes de Estambul tuvieron precisamente el objetivo de ayudar en la conservación del ladino, que para los hispanohablantes es una verdadera reliquia.
Para conmemorar el sesenta aniversario del semanario sefardí Shalom, las ponencias de estas jornadas versaron sobre la prensa en judeoespañol y contaron con la presencia, entre otros, del catedrático de la Universidad Ben Gurión Tamar Alexandre y la investigadora del CSIC Elena Romero.
Pero, a pesar de que el ladino es la lengua materna de los 20.000 sefaradíes de Turquía, sufre un severo abandono por parte de los jóvenes que prefieren hablar en turco, el idioma oficial y más extendido en el país.
“Hasta la generación de los que nacimos en los años sesenta, el ladino era una de las lenguas que se hablaba en los hogares sefaradíes. Sin embargo, ahora se habla cada vez menos porque ya no es la lengua que se habla en las casas, así que si un joven sefaradí quiere aprender ladino debe apuntarse a un curso”, explica Karen Gerson Sarhon con ligera tristeza en su lengua judeoespañola, que recuerda mucho al castellano antiguo.
Gerson Sarhon es la responsable del suplemento en ladino 'El Amaneser' y directora del Sentro de Investigasiones sobre la Kultura Sefardi Otomana-Turka y una de las personalidades más empeñadas en la defensa de la cultura del judeoespañol.
Para Sarhon existen varios factores por los que se fue abandonando el judeoespañol entre los que destacan la influencia del francés durante el siglo XIX, el abandono del alfabeto 'Rashi' por el latino y la implantación de la educación nacional turca tras la instauración de la República por parte de Mustafá Kemal Atatürk.
'Cuando se fundó la República de Turquía, hubo un cambio en la filosofía de la comunidad sefaradí y sus dirigentes decidieron que la comunidad se abriese y se integrase en la sociedad turca', explica Sarhon.
'Los sefaradíes querían dejar claro que eran ciudadanos turcos 'de fe judía pero leales a la República de Turquía', prosigue la intelectual judeoespañola. Así que se pusieron a aprender el turco porque aunque lo hablaban algo, tenían un terrible acento español'. Este abandono se produjo también por una caída del prestigio de la lengua ladina, agravada por la marcha de muchos sefardíes a Israel, donde el hebreo pudo con el judeoespañol, que perduró hasta los años noventa.
'Estábamos a punto de perder toda nuestra cultura pero el trabajo de diferentes personas en todo el mundo ha conseguido que ahora empecemos a ver cierta recuperación', sostiene Sarhon.
De hecho, algunos de estos jóvenes sefaradíes que ya no hablan ladino en casa se apuntan a cursos de español moderno.
'Si aprenden el español moderno la herencia sefaradí será accesible para ellos porque una lengua no es una cosa abstracta, sino que a través de la lengua se produce la cultura y la forma de pensar. Y nosotros somos un pueblo mediterráneo que habla español' reitera.
Sefarad, la tierra española que los judeoespañoles dejaron atrás hace siglos, sigue en la mente de los sefaradíes.
“Cuando un sefaradí va a España, su sentimiento es muy curioso porque no se siente en un país ajeno sino como en casa”, asegura Sarhon.
Si los jóvenes sefardíes de Turquía consiguen no olvidarse del todo de sus orígenes, el ladino podría experimentar un renacimiento porque, como afirma un refrán judeoespañol divisa del periódico 'El Amaneser': Kuando muncho eskurese es para amaneser.

El Arca - Publicado también en Idiomas y Comunicación