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El triunfo en España del estilo americano de difusión deportiva

Hablar de deportes en el mundo hispánico es una realidad compleja, ya que en él se desarrollan gran variedad de disciplinas y juegos con un gran dinamismo que refleja la conversión de este fenómeno de la sociedad moderna en una necesidad humana. Aunque fútbol y boxeo se pueden considerar como los deportes modernos comunes a ambos lados del Atlántico, sin embargo la realidad presenta muchos matices: la pelota vasca tiene éxito en México; pelota vasca y béisbol en Puerto Rico; béisbol y atletismo en Cuba; ciclismo en Colombia; béisbol en Venezuela; tenis, equitación, hockey sobre patines, baloncesto y pelota vasca en Argentina; fútbol, baloncesto, tenis y motociclismo en España... Una diversidad que también se produce en el ámbito lingüístico. A partir de la común consideración del deporte como foco de extranjerismos -con predominio del inglés sobre francés, italiano y portugués- se han registrado diferentes formas.

En la comunicación española ha sido frecuente el triunfo de numerosos chilenos, cubanos, argentinos, mexicanos, venezolanos y uruguayos en programas de concursos, espectáculos, melodramas, novelas... Principio al que no ha sido ajeno el periodismo deportivo. Su evolución registra varios aspectos comunes en América y España: la presentación del deporte como pensamiento mágico sin contradicciones que exalta valores espirituales, históricos y comerciales, el desarrollo de formas de animación popular en tono jovial y unánime, la generación de estilos de comentario técnico y de interpretación dialéctica y sociológica y la formación de una lengua literaria.

Pero también presenta diferencias que responden a varios motivos. Primero, el modo de acceso a la redacción de deportes y su consideración profesional. En América predominan los redactores que fueron deportistas profesionales, la vocación y una relativamente buena consideración entre los profesionales de la comunicación. En España, la inclusión obligatoria de la redacción deportiva en todos los medios produjo su consideración como subgénero y medio de iniciaición junto con el desembarco de redactores por vocación, relación personal con la empresa periodística y por rechazo de otras secciones infomrativas. Segundo, la creación de estilos como exaltación del deporte como entretenimiento o espectáculo, en América, frente a la exaltación en España del deporte como épica que combina valores de hombre completo, espíritu caballeresco y juego limpio. Tercero, la tendencia americana más favorable a la eliminación de extranjerismos y al cuidado de la pronunicación en las transmisiones, que venía muchas veces establecida en las diferentes leyes de defensa del idioma. Cuarto, la formación de géneros periodístico distintos para el comentario; con predominio de apectos técnicos en América frente a formas de estilo ameno en España.

Estos cuatro principios generales se concretan en una diversidad lingüística. En el nivel fónico en América se fomenta una fonoestilística de ritmo y entonación expresiva que contrasta con la imitación del periodismo escrito que se realiza en España, junto con una tendencia a suspender la descripción de lo que se narra para crear emoción en los receptores audiovisuales.

En el nivel gramatical, lo más habitual es la eliminación de preposiciones y artículos y la imitación de anglicismos sintácticos en el orden de las frases.

Pero es en el nivel léxico donde se produce una mayor diversidad, relacionada con formas diferentes de abordar el deporte. En América se lleva a cabo un planteamiento de enfoque objetivo del juego con sus aspectos técnicos, tácticos y estratégicos; con una gran precisión terminológica y uso abundante de tecnicismos; con influencias de clichés periodísticos del inglés; con tendencia a la creación de imágenes muy gráficas; y con un cierto barroquismo expresivo, que en el caso del fútbol ha creado la denominación de tanguismo para la revista argentina El Gráfico. Los modismos locales y el uso del habla popular se reservan para destacar la fiesta de las gradas y satisfacer la creación de mitos populares. En España se realiza un planteamiento de enfoque subjetivo del juego en función de la repercusión social de los resultados con la exaltación de estados de ánimo mediante expresividad con lenguajes figurados, con la modificación de discurso repetido de actividades de éxito social -cine, teatro, música...-; falta de precisión que se suple con el uso de formas de la lengua coloquial; con influencias de las lenguas francesa e inglesa en parte técnica del deporte y clichés periodísticos; y con el recurso a la terminología hispanoamericana.

Una historia de intercambios y aportaciones

La historia de la difusión periodística del deporte ha sido fecunda en intercambios de estilos a ambos lados del Atlántico y ha afectado a la defensa del idioma en las instituciones deportivas, a factores de estilo, al problema de los extranjerismos para conseguir una difusión masiva y a las influencias concretas en las distintas modalidades de periodismo.

Dentro del ámbito institucional, la capacidad de los países de habla hispana para organizar campeonatos de todo tipo de disciplinas y niveles, así como de Juegos Olímpicos ha tenido repercusiones en la creación de idioma para atender al volumen deportivo que generan. Y también ha influido en la declaración del idioma español como lengua oficial de organismos. Uno de los ejemplos más claros fue el peso en la FIFA para la creación del Campeonato del Mundo de Fütbol y la declaración como lengua oficial el 26 de julio de 1946, a propuesta del representante de Uruguay, Eduardo Arteaga.

Los estilos de difusión han presentado características especiales a ambos lados del Atlántico. Un breve repaso a la historia demuestra que dichas diferencias surgen a partir del agotamiento de los estilos de difusión francés e inglés que al principio se imitaba. El estilo español, entre el enigma y el barbarismo, se practicó tras el agotamiento del estilo didáctico y jovial de difusión inglés, la mezcla amena de aspectos objetivos con elementos subjetivos del patrón de crónica francés y el uso de palabra, silencio, música y efectos sonoros como principales recursos expresivos. Es una difusión épica de los valores humanísticos del deporte con el espíritu caballeresco, el juego limpio y los valores del hombre completo equilibrado en sus fuerzas corporales e intelectuales.

El estilo americano, entre la dinámica de lo impensado y la pasión inexplicable, desarrolló crónicas sin función informativa, generó una retórica de la inflación, buscó la integración emotiva del espectador -considerado como cómplice- en el relato, creó la urgencia de transmitir sentimientos y la capacidad de sentir para comunicar belleza y gozo estético con una sensibilidad literaria -que suele someter a espectáculo el idioma, a veces contra el uso de la norma-, fomentó la originalidad y planteó el deporte como una experiencia social compartida creadora de mitos populares.

En un primer momento, se practicó en España una difusión épica que desarrolló formas de servicios informativos, transmisiones y magazines y recogió influencias de América, sobre todo en las trasnmisiones. Posteriormente, se apostó por la difusión espectáculo, al estilo americano, con formas de servicios informativos, transmisiones, magazines y tertulias orientados al entretenimiento y a la explicación técnica.

La convergencia lingüística de estilos tiene su origen en los años 30, aunque se inensificará en distintas etapas, sobre todo en los años 40 y 50, como consecuencia del ambiente de purismo idiomático y en el período 70-90 con la necesidad de una profunda renovación de códigos expresivos. En los años 30 se impuso el estilo espectáculo en el periodismo radiofónico. El chileno Bobby Deglané, que fue fundador de Marca, introdujo fórmulas de entonación expresiva y formas melodramáticas de presentación para lucha libre, boxeo y fútbol. Y también se acogió la narración con un ritmo especial para crear emoción -el de los argentinos hombres metralleta, que aplicó Enrique Mariñas- y el uso de varias voces en la narración para identificar rápidamente a los participantes en una competición.

En los años 40, 50 y 60 el deporte se convirtió en un elemento de consumo para los periodismos escrito y radiofónico, que recurrieron a los estilos de América no sólo para generalizar la entonación expresiva y la aceleración del ritmo en los elementos fónicos, sino también para crear nuevas imágenes léxicas espectaculares y generar espacios para combinar con animación publicitaria. Es una época en la que la legislación en favor del idioma favoreció la presencia de múltiples hispanoamericacnismos léxicos que sustituían a neologismos de origen inglés y francés.

Desde mediados de los años 70, con la masiva importación de futbolistas americanos en España, se produjo una importación de numerosa terminología con hispanoamericanismos originarios de Argentina, Chile, México, Uruguay... En prensa escrita se atendió, fundamentalmente, al modelo del argentino El Gráfico, en periodismo radiofónico se siguen los modelos de la chilena Radio Minería y de la argentina Radio Rivadavia y se siguen las pautas del periodismo técnico de explicación, con tecnicismos y retórica, de los seguidores de César Luis Menotti. Es frecuente la presencia de palabras futbolísticas de Mar del Plata. Y se lleva a cabo una renovación con eslóganes, exaltación de metáforas populares, creación de motes gráficos, y una nueva expresividad en la concentrada emoción del canto del gol. Todo un proceso que culminó en los años 80 en la radio y en los 90 en la televisión con fórmulas de explicación y análisis técnico en combinación con una mayor espectaculariad en la pronunciación de fonemas, aceleraciones de ritmo, fomento de imágnes léxicas muy gráficas y humorísticas, uso de apodos sintéticos.

En los años 80, cuando la Vuelta Ciclista a España dejó de ser organizada por el diario bilbaíno El Correo Español-El Pueblo Vasco tuvo lugar una gran renovación en su difusión audiovisual. Las transmisiones televisadas se fijaron en el modelo francés del canal TF-1 para el Tour y en radio se popularizó el estilo de narración colombiano de Radio Caracol sobre todo, a partir del triunfo de Lucho Herrera, con la complicidad emotiva del espectador en el relato apasionado de los acontecimientos. Tras el éxito del baloncesto español en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984, se crearon los carruseles radiofónicos en las tardes de los sábados. Nombres de jugadas, el canto de las canastas, el uso de siglas en las denominaciones de los campeonatos, las formas de animación crearon un ambiente de espectáculo que imitó el dinamismo de la liga norteamericana.

En los años 90, con la puesta en marcha de la televisión privada se miró a América para la narración de combates de lucha libre americana con Hogan y otros gladiadores.Y triunfaron fórmulas argentinas y mexicanas de difusión audiovisual de diferentes canales bonaerenses y de Televisa. La última influencia en el mundo deportivo ha sido la renovación de la terminología futbolística con aportaciones de lusismos de los jugadores brasileños. En los años 70 -con Pereira, Leivinha, Dirceu...como principales figuras-, la presencia de terminología quedó reducida al estilo de lanzar penaltis Edson Arantes do Nascimento Pelé - la paradinha- y a la samba, como estilo de juego alegre y con proyección ofensiva. Pero tras el éxito de Bebeto y Romario entre 1992 y 1995, la consecución de la Copa del Mundo de 1994 en Estados Unidos y la brillante participación de Ronaldo, Rivaldo, Leonardo... en 1996, se ha llegado en esta temporada a la incorporación de 24 brasileños y numerosas palabras, entre las que destaca la cola de vaca, según se recoge en el vocabulario adjunto.

En resumen, el estilo espectacular de la difusión del deporte triunfa en España desde los años 30. Si bien convivió con el estilo de difusión épica hasta la primera mitad de los años 80, desde entonces el predominio de la concepción americana es casi absoluto. El mundo de los deportes ha sido un ámbito de intercambio profundo entre formas de España y América que han logrado ensanchar el idioma con las aportaciones de todos.