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Álex Grijalbo en La Página del Idioma Español

El verbo: herramienta principal del redactor

por Álex Grijelmo

Del libro El estilo del periodista, Taurus 1998, ISBN 84-306-0400-6

Los verbos forman el motor de nuestros textos. Con el verbo sujetaremos al lector mejor que con cualquier otra parte de la frase, porque el verbo transmite la película que intentamos contar. El verbo es la acción; y lo demás, el decorado.

ACTIVA MEJOR QUE PASIVA. El lenguaje periodístico debe deslizarse suavemente por la mente del lector. Las palabras y las construcciones han de adoptar, por tanto, formas naturales, fluyendo por el cauce sin atascos. Y la forma natural que la construcción sintáctica en castellano viene dada por la oración en activa. Además, esa fórmula nos sirve para acercar más la acción, para otorgarle así sujeto y protagonista.

La influencia del inglés y el francés, idiomas donde la voz pasiva adquiere mayor presencia que en español, está conduciendo a muchos periodistas a olvidar el verdadero genio de su idioma. Y también a los traductores poco duchos en su oficio: no se pueden trasladar literalmente al castellano las continuas construcciones pasivas de un texto inglés o francés, porque al final resultará un texto muy poco español, pese a que lo leamos en palabras castellanas. Y los periodistas ejercen como traductores de urgencia muy frecuentemente, cuando han de utilizar teletipos de France Presse, Reuters, Associated Press y otras agencias extranjeras.

Como en este caso:

 

"El hijo mayor y heredero político de Sadam Husein, Uday, de 32 años, fue ayer herido de bala al ser tiroteado en Bagdad el automóvil que conducía. La noticia fue difundida anoche por la televisión iraquí. Uday Husein fue ingresado en el hospital Ibn Sina, en Bagdad, donde, según fuentes oficiales, estaba fuera de peligro. El temible Uday, número dos del régimen iraquí, es conocido por sus caprichosos asesinatos, por su afición a los coches de lujo y una impunidad total al abrigo de su padre". (El País, 13 de diciembre de 1996. Agencias, Internacional).

NO VAN CON EL GENIO.
La voz pasiva no suena natural en español si no tiene una justificación concreta. La mayoría de las oraciones con las cuales deseamos transmitir un enunciado completo –en ellas nos interesa el enunciado entero, y no sólo una de las partes– han de escribirse mediante la voz activa. Si decimos "los equipos de fútbol fichan jugadores jóvenes", estaremos construyendo una oración natural. Si la volvemos por pasiva –"jugadores jóvenes de fútbol son fichados por los equipos"– habremos roto con el genio de nuestra lengua. No suena natural.

Así le ocurrió al escritor y académico Francisco Ayala –muchos años ausente de España y con residencia en Estados Unidos–, que alumbró, en un artículo de respuesta a un comentario de Eduardo Haro Tecglen, una frase antinatural.

 

"Ese libro, El niño republicano, que usted ha publicado fue leído por mí con un sentimiento de honda ternura". (El País, 23 de diciembre de 1996).

El lingüista Samuel Gili Gaya escribía así sobre este problema:

"Entre las oraciones la agencia X ha transmitido nuevas informaciones y nuevas informaciones han sido transmitidas por la agencia X, o por la agencia X han sido transmitidas nuevas informaciones, preferimos decididamente la primera y, sin embargo, las tres son posibles y correctas".

"No se trata aquí de corrección gramatical, sino de preferencia expresiva ligada a nuestra psicología lingüística. Rufino José Cuervo supo decirlo con acierto en sus Apuntaciones críticas, 340. '(…) Aunque este modo de expresarse es en sí correcto, su abuso es una de las cosas que más desfiguran nuestra lengua, y que más dan a un escrito aire de forastero, quitándole todo sabor castizo'. Ténganse en cuenta estas observaciones al traducir textos del inglés o del francés, ya que estas lenguas hacen de la construcción pasiva un uso mucho más extenso e indiferenciado que el español. No podemos dar una regla fija, sino únicamente el consejo de que el traductor se pregunte a sí mismo: ¿lo diría yo así, si tuviera que redactar este párrafo por cuenta propia y sin dejarme influir por el texto extranjero que tengo delante? El consejo es aplicable en general al arte de traducir, y da buenos resultados, a condición de que las circunstancias no hayan embotado desde la infancia el sentido de la lengua propia".

SÍ PARA RESALTAR.
Ahora bien, en el caso de que deseemos resaltar alguno de los aspectos de la oración, sí podemos –y debemos– utilizar la pasiva (siempre que ello deje clara nuestra intención). Si decimos "aquí los niños estudian la Historia", enunciamos un hecho sin mayor intención que llamar la atención a nuestro interlocutor sobre el orgullo que nos produce un hecho que podemos considerar normal. Ahora bien, si decimos "aquí la Historia es estudiada por los niños", cambiaremos profundamente el significado. Porque esa oración excluye a otras personas que puedan estudiar la Historia (investigadores, profesores, expertos…). En español, no siempre una oración activa puede transformarse automáticamente en pasiva sin alterar la intención aparente de quien se expresa.

A veces, como en el ejemplo anterior, puede cambiar sustancialmente el significado; en otros casos, simplesmente daremos más importancia psicológica a alguno de los elementos de la oración. Por ejemplo: "Rosa Montero escribió Amado amo" / "Amado amo fue escrito por Rosa Montero". En la primera oración, damos más importancia a la autora. En la segunda, a su obra.

Como en este caso:

 

"Una hermosa y dura historia de amor en los tiempos del sida, la obra Algo en común, de Harvey Fierstein, ha sido la elegida por la actriz María Barranco para lanzarse de lleno al teatro". (El País, 4 de septiembre de 1996. Rosana Torres).

Evidentemente, la autora pudo construir la frase en activa, pero prefirió resaltar la "hermosa y dura historia de amor" antes que el nombre de la actriz. El criterio periodístico se impuso a la lógica gramatical del español, y en este caso no cabe censura porque el recurso tiene su razón de ser. Siempre que no se produzca el abuso que desnaturalice el genio del idioma.

LA GRAN UTILIDAD. La voz pasiva le resultará de gran utilidad al periodista cuando desconozca quién o qué es el sujeto de su información. Es decir, lo que en gramática se llama segunda de pasiva. Si el redactor sabe que unos obreros han derribado una tapia, podrá escribir "los obreros derribaron ayer la tapia", o, en primera de pasiva, "la tapia fue derribada ayer por los obreros". Ahora bien, si ignora qué personas echaron abajo aquel muro, la segunda de pasiva te auxiliará convenientemente: "la tapia fue derribada ayer". En ese caso –no sabemos quién la derribó–, la voz activa o la primera de pasiva conducirían a emplear palabras que dan idea de falta de rigor periodístico o de poca información: "Alguien derribó la tapia ayer", "la tapia fue derribada ayer por alguien". El redactor, pues, puede disimular mejor sus carencias con la segunda de pasiva.

En otros casos, la supresión del sujeto agente en la voz pasiva (el autor de la acción) vendrá dada por que éste resulte muy obvio: "La autovía fue construida en 1992". Evidentemente, el lector entenderá que todas las autovías son construidas por el Estado, y concretamente por el Ministerio de Obras Públicas (en según qué años llamado también Ministerio de Fomento), que otorga la concesión a una empresa. Sólo tendría sentido incluir el sujeto agente en una frase así si quisiéramos resaltar qué empresa recibió el encargo (y si, por supuesto, conocemos su nombre): "La autovía fue construida en 1992 por FOCSA".

OTRO AUXILIO.
La pasiva refleja (construida con "se") también acudirá en auxilio de los redactores a menudo. En realidad, esta construcción tiene parte de responsabilidad en el hecho de que el castellano deseche la voz pasiva genuina como uso general. Se llama "refleja" por el uso del "reflexivo" se (y se llaman "reflexivos" porque el se refleja la acción hacia quien la protagoniza, como ocurre en las oraciones pronominales: el niño se peina).

Como recomienda Gonzalo Martín Vivaldi, la pasiva refleja resulta muy útil para sustituir a la pasiva genuina en el caso de que el sujeto de la frase sea nombre de cosa. Así, en vez de escribir: "Ha sido comprado el papel necesario", diremos mejor "se compró el papel necesario". También en este caso omitimos el sujeto, ora porque no interesa, ora porque lo desconocemos. Y convertimos la frase en una suerte de oración impersonal.

No obstante, la pasiva refleja admite también la presencia de un sujeto agente (se llaman "primera de pasiva refleja"): ("SE compró el papel necesario por el gerente", "se estudiaron las lecciones por los alumnos". Pero no se debe utilizar en un texto periodístico, porque esta fórmula no ofrece claridad. En los ejemplos anteriores no sabremos si el gerente compró el papel o si el papel se compró por causa del gerente (porque a él le gustaría que se comprase); ni si los alumnos estudiaron las lecciones o si bien las lecciones fueron estudiadas por otras personas en provecho de los alumnos, o en lugar de ellos.

¿CÓMO ESQUIVAR LA PASIVA?
Gonzalo Martín Vivaldi concreta otras fórmulas destinadas a evitar la voz pasiva, y nos parecen de gran utilidad para los editores de textos:

– Si la forma pasiva es un infinitivo, éste puede sustituirse por un nombre abstracto: Deseaba ser amada por aquel hombre / deseaba el amor de aquel hombre. Rechazó ser perdonado por ti / rechazó tu perdón.

– Se puede reemplazar el participio pasivo por un sustantivo, pero se mantiene el verbo "ser" en el mismo o en otro tiempo: Este edificio ha sido construido por esta compañia / este edificio es obra de esta compañía. El distinguido visitante fue obsequiado por el alcalde / el distinguido visitante fue objeto de las atenciones del alcalde. (Nosotros recomendaríamos, por las razones expresadas en el capítulo sobre pobreza de expresión, otro tipo de construcción para estos casos: "El distinguido visitante recibió el obsequio del alcalde"; "el edificio lo construyó esta compañía". Tratamos con ello de evitar el uso excesivo del verbo "ser").

– La oración pasiva se puede cambiar a activa manteniendo el mismo sujeto, pero modificando, si es necesario, el verbo y alguna otra palabra: Los enfermos fueron atendidos rápidamente / los enfermos tuvieron una atención rápida. El conferenciante fue aplaudido por la concurrencia / el conferenciante recibió el aplauso de la concurrencia.

LAS DUDAS.
Con las pasivas reflejas se producen a veces dudas de concordancia. La profesora Matilde Albert Robatto, catedrática de la Universidade de Puerto Rico, lo explica así:

"Dentro de este grupo de oraciones denominadas 'segundas de pasiva refleja', vamos a detenernos en el caso específico de las oraciones con sujeto en plural, como: se alquilan habitaciones; se han dado facilidades de pago; se pintan neveras. Frequentemente observamos el siguiente cambio: se alquila habitaciones; se ha dado facilidades de pago; se pinta neveras. En el primer caso estamos ante oraciones 'segundas de pasiva refleja', en las que el verbo concierta en plural con los sujetos habitaciones, facilidades, neveras. En el segundo caso el verbo va en singular, el pronombre "se" hace de sujeto y los sustantivos habitaciones, facilidades, neveras, de complementos directos; estas oraciones deben clasificarse como impersonales y activas. La primera forma, esto es, la 'pasiva refleja', es la preferida por la Academia, el uso culto y literario, aunque la oración 'impersonal' también se emplea a menudo".

Nosotros preferimos igualmente la concordancia "se necesitan informes" frente a "se necesita informes". Esta segunda opción es vulgar, y un periodista no debe emplearla.

Pero las dudas aparecen con mayor frecuencia aún cuando la pasiva refleja ofrece más elementos: "Se podrá construir los coches con ordenador"; o bien "se podrán construir los coches con ordenador". En el primer caso, cargamos la fuerza del verbo principal sobre "construir": se podrá construir. Pero la frase no terminaba ahí. Para ver mejor el efecto, adoptemos una vez más la técnica de ordenar de otra manera la oración:

 

"Los coches se podrá construir por ordenador".

Evidentemente, notamos mejor la discordancia. Por tanto, escribamos:

 

"Los coches se podrán construir por ordenador". Y por tanto: "Se podrán construir los coches por ordenador".

PASIVAS IMPOSIBLES. Los periódicos han creado una variedad de oraciones pasivas que no está prevista en el castellano, y que bautizaremos como "pasivas imposibles". Nacen de ese gusto anglófilo de utilizar la voz pasiva donde el español pide una oración activa, y de ello resultan a veces frases tan chuscas como éstas: "los terroristas no pudieron ser detenidos por la policía", "el balón logró ser introducido en la portería", "el director general no consiguió ser localizado por este periódico".

En estas frases, los elementos sintácticos aparecen dislocados, y no corresponden a la semántica que se esconde tras las oraciones. Veamos por qué.

Para que una oración activa pueda volverse a pasiva, necesita un sujeto, un verbo transitivo y un complemento directo: "Juan come tostadas". En la pasiva, el complemento directo pasa a ser sujeto, el verbo toma la forma compuesta, y el sujeto se convierte en complemento (o sujeto agente): "Las tostadas son comidas por Juan". Si decimos "Felipe va a casa", no podemos volver la oración por pasiva, puesto que no existe complemento directo (no podríamos decir "la casa es ida por Felipe").

La oración "la policía no pudo detener a los terroristas" sólo puede trasladarse a pasiva de este modo: "detener a los terroristas no fue podido por la policía". (Lo escribiríamos con mayor corrección así: "detener a los terroristas no fue posible para la policía"). Pero "los terroristas no pudieron ser detenidos por la policía" no tiene conversión viable si queremos expresar lo que parece que deseamos decir, porque su pasiva correspondiente se escribiría de esta forma: "ser detenidos por la policía no fue podido por los terroristas" (puesto que no cabe "los terroristas no fueron podidos detener por la policía"), y todo ello –en activa y en pasiva– nos lleva a un significado distinto: estaríamos diciendo que los terroristas hicieron el intento de que les detuvieran y finalmente no consiguieron ese objetivo (hechos que, a todas luces, resultan imposibles, tanto porque los terroristas no suelen intentar que les detengan como porque, en caso de intentarlo realmente, no resultaría difícil detenerlos).

El ejemplo de "el director general no consiguió ser localizado por este periódico" atiende a los mismos razonamientos. Se supone que fue el periódico el que intentó localizar al director general, puesto que para el director general habría resultado muy sencillo ser localizado por el periódico: le habría bastado con telefonear a la centralita tras buscar el número en la guía, en el servicio de información telefónica o en la primera página del propio diario. Si aun así ell director general no hubiera conseguido ser localizado, habría que dudar de la profesionalidad de la telefonista de la publicación.

En frases como "el balón no logró ser introducido en la portería" llegamos a un resultado similar, porque le atribuimos al balón un verbo que jamás puede corresponderle salvo que nos encontremos en un juego de personificaciones (atribuir a objetos cualidades de las personas, por ejemplo en un cuento infantil). Si la idea original partía de "no introdujeron el balón en la portería", la construcción pasiva debería recalar en la pasiva refleja: "no se logró introducir el balón en la portería". Porque desecharíamos, por estilo y por no responder al genio del castellano (como ya hemos analizado), la otra fórmula gramaticalmente correcta: "Introducir el balón en la portería no fue logrado".

Otras incorrecciones similares:

 

"Esta edificación fue mandada construir por Carlos III". (El País, 23 de marzo de 1996. Vicente G. Olaya).

 

(En todo caso, la oración pasiva habría podido escribirse así: "Construir esta edificación fue mandado por Carlos III").

 

"Abraham Olano ha recibido una oferta tentadora del equipo Kelme por un montante económico que no ha querido ser desvelado por los directivos del grupo deportivo verdiblanco". (As, 11 de agosto de 1996. Juan A. Gutiérrez).

Con esa frase se atribuye al montante económico la facultad de querer o no querer algo, como si se tratara de un ser animado. Ni siquiera por el lado de la metáfora o la personificación se podría aceptar tamaña insensatez.

 

"Dentro de la zona comercial, las filas de coches tuvieron que ser dirigidas por guardias de seguridad". (El País, 29 de septiembre de 1996. Francisco J. Barroso).

"Una verbena local tuvo que ser suspendida por la búsqueda de los etarras". (El Correo, 27 de agosto de 1995. Javier Muñoz).

De Nuevo se da al sujeto un papel que no le corresponde.

 

"La sanidad pública ha generado desde 1992 un déficit de 500.000 millones de pesetas que ha tenido que cubrirse con cotizaciones sociales". (El Mundo, 11 de noviembre de 1996. Carlos Sánchez).

"La ley, por otra parte, no podrá ser aplicada al ex líder socialista Bettino Craxi". (El País, 11 de enero de 1997. Perú Egurbide).

"Los documentos no podrán ser desclasificados antes del 4 de abril". (El Mundo, 22 de marzo de 1997. Titular).

"Sigfrido Herraz no pudo ser localizado ayer por este periódico". (El País, 11 de junio de 1996. J. M. R.).

"Lázaro mantiene su vivienda en Zaragoza, adonde va con frecuencia. Fuentes policiales señalaron que se había desplazado a esta ciudad, pero no pudo ser confirmado. Ayer no pudo ser localizado por El País. (El País, 16 de marzo de 1997. M. G. / J. D.).

"Los bomberos tardaron una hora en ser informados de qué gas formó la nube". (El País, 15 de enero de 1997. Titular sección Madrid).

En todos estos casos se pudo arreglar el problema con la pasiva refleja: el déficit se ha decidido cubrir, la ley no se podrá aplicar, no se pudo localizar a alguien, se tardó en informar a los bomberos (una persona no puede tardar ella en ser informada, el que tarda es quien no le informa).

ESTO NUNCA.
Una vez leídos los apartados sobre la pasiva y sus concordancias, por fuerza nos resultará absurda una frase así, que jamás debió escribirse:

 

"Finidi está destrozado anímicamente. Su hermano murió el sábado en Nigeria al ser disparado por un policía". (Marca, 12 de septiembre de 1995. Título y antetítulo de una información).

Un absurdo similar se produce cuando hablamos de personas que "han sido trasplantadas de corazón". Lo que se trasplanta es el corazón, no la persona. Y lo que se disparan son las balas.

EL TEMPO CRONOLÓGICO. El periodista debe tener cuidado, sobre todo en textos largos, de que los tiempos verbales que utiliza guarden relación con el tiempo real al que se refieren. Así, un hecho remoto puede ser referido con pretéritos indefinidos (sucedió), pero si luego informamos sobre acontecimientos posteriores a aquéllos deberemos referirlos en pretérito perfecto (ha sucedido), para pasar posteriormente al presente (sucede). Si regresamos al acontecimiento remoto, de nuevo acudiremos al pretérito indefinido (sucedió).

No puede ocurrirnos esto:

 

"Habían pasado casi ocho horas desde que había comenzado la competición". (El País, 21 de julio de 1996. Juan Jose Fernández).

En efecto, el primer "habían" se refiere a un tiempo más cercano al segundo "habían". No se puede utilizar el mismo tiempo para dos momentos tan diferentes. Habría resultado mejor esto: "Habían pasado casi ocho horas desde que comenzó la competición".

Los verbos también marcan unas obligaciones en la frase según el tiempo en que se empleen, y normalmente van ligadas a la sucesión de acontecimientos que se narra.

 

"El concejal de Sanidad, Simón Viñais, aseguró que el hecho de que el gas evacuado a la atmósfera no fuera cloro en estado puro, sino mezclado con otra sustancia, evitó que las consecuencias hubieran sido más graves". (El Mundo, 14 de enero de 1997. Sin firma).

En esta frase, "hubieran sido" se sitúa cronológicamente anterior a "evitó", cuando en realidad refleja una acción posterior, por lo que se comete un error gramatical (y a la vez un error sintáctico). El periodista debió escribir "ervitó que las consecuencias fueran más graves". Como ya tenía un "fuera" en la misma frase, pudo corregir: "evitó que las consecuencias resultaran más graves".