Quedarse en casa/en la casa
Buenas tardes: tengo que corregirle a un alumno un texto y me he topado con la frase El domingo me quedaré en la casa. Yo sé que en América del Sur se utiliza en el lenguaje oral, ya que tengo amigos de Ecuador, Colombia, etc., que lo dicen. Pero me gustaría saber si en el lenguaje escrito es correcto.
Se emplea no solamente en América, sino también en España, en la lengua oral y en la escrita, como se puede ver en diversos registros del banco de datos de la Academia (www.rae.es). A manera de ejemplo le acercamos los siguientes:1. Agustín prefirió no hacer ningún comentario. Se reprochaba que aquello le sucedía a él por transigir: nunca debieron de desayunar juntos. Así uno de los dos se habría quedado en la casa. Aunque tampoco eso quizá habría resuelto nada. (Antonio Gala, Los invitados al jardín, España, 2002). 2. Tendría que ver qué hacer. Con mi hiperkinesis no me quedo en la casa ni un minuto. (Prensa, Chile, 1997). 3. Se quedó en la casa, esperando su hora en el cuartito de servicio, el único que aceptó para dormir, y allí murió en olor de castidad a una edad que calculábamos en ciento y un años. (Gabriel García Márquez, Vivir para contarla, 2002; Colombia). 4. El indio se fue con el trote lento de los de su raza y ella se quedó en la casa con los otros sirvientes, a quienes temía mucho menos que a ese extraño individuo de inclinaciones cortesanas. (Isabel Allende, La casa de los espíritus, 1982; Chile). 5. Tarde o temprano la necesidad de volver llega, y una no habrá sido mejor madre por haberse quedado en la casa con su hijo. (Adriana Penerini, La aventura de ser mamá, 1992; la Argentina). 6. No me comprenden, a ver, ¿para qué me quedo en la casa?, yo prefiero jugar en la calle, aunque me regañen. (David Marín del Campo, Las rojas son las carreteras, México, 1976).