pompa
Es el acompañamiento numeroso y solemne, con gran aparatosidad, que se hace en una función de regocijo o fúnebre. Entre los romanos, pompa podía referirse tanto a los cortejos fúnebres como a los desfiles, séquitos o comitivas. En estos últimos casos, tenía una connotación de ostentación, que se conserva en su significado en el español moderno. La palabra se derivaba del griego πομπή [pompé], que podía tener el sentido de ‘escolta’ o ‘procesión’, como también ‘primer envío’ (esta acepción proviene del verbo πέμπειν [pémpein], ‘enviar’, ‘escoltar’).
Su uso en castellano lo documentó por primera vez Alfonso Martínez de Toledo, Arcipreste de Talavera, en Corbacho o Reprobación del amor mundano, en 1438. En los siglos XV y XVI fue una palabra muy usada, frecuentemente con el sentido de ‘soberbio’, y como tal apareció en el Quijote y, sobre todo, en Pedro Calderón de la Barca, que la empleaba con mucha frecuencia, como en este trozo de La vida es sueño:
Miradme otra vez sujeto
a mi fortuna; y pues sé
que toda esta vida es sueño,
idos, sombras que fingís
hoy a mis sentidos muertos
cuerpo y voz, siendo verdad
que ni tenéis voz ni cuerpo;
que no quiero majestades
fingidas, pompas no quiero
La acepción usada en pompa de jabón corresponde a otra palabra homónima de diferente origen.