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Se extiende polémica sobre Premio
Planeta

18/03/2012

Manuel C. Díaz, El Nuevo Herald«Yo no leo novelas premiadas». No sé quien pronunció esa frase por primera vez, pero ya la he visto impresa (también la he escuchado) en más de una ocasión. Quizás esté de moda en algunos círculos literarios iberoamericanos; o tal vez no sea más que una boutade de un escritor resentido en busca, precisamente, de uno de esos controvertidos pero deseados premios. Quién sabe. La verdad es que el desdén por ellos es de larga data. Sobre todo, por el Premio Planeta. Las historias que se cuentan (en 1994, Miguel Delibes y Ernesto Sábato denunciaron que el premio les fue ofrecido) son bochornosas. Sin embargo, a pesar de su mala fama (lo menos que se ha dicho es que son «pactados de antemano») sigue siendo uno de los más prestigiosos de Europa —Cela y Vargas Llosa lo obtuvieron en su momento— y ahora con sus 600,000 euros, el mejor dotado.El de este año (2011), que lo obtuvo la novela El imperio eres tú, de Javier Moro, no ha sido la excepción. Ya en la prensa española —y en los blogs— han comenzado a ventilarse algunas de las polémicas que ha provocado. Algo que, al parecer, no le preocupa mucho al galardonado escritor. Y cómo iban a preocuparle los rumores madrileños, si hace apenas tres años su novela El sari rojo, que trataba sobre la familia Ghandi, resultó tan controversial en la India, que su efigie fue quemada (eso sí es una polémica encendida) en las plazas de Nueva Delhi. ¿Volverá a ocurrir otra vez? No creo. Lo más probable es que sólo lo acusen (pero sin fogatas en Río o Lisboa) de haber sido demasiado indulgente con la contradictoria figura de Pedro I, emperador de Brasil, cuya historia es narrada en la novela.Javier Moro ha encontrado en las llamadas novelas históricas —o en las biografías noveladas— un cómodo nicho genérico. La fórmula es esta: realizar una investigación exhaustiva de acontecimientos, personajes y situaciones reales; dramatizar escenas y recrear diálogos a partir de la interpretación de los hechos para «contar desde dentro lo que los historiadores han contado desde fuera». Que es precisamente lo que ha hecho en El imperio eres tú, un libro en el que se narra desde el descubrimiento de Brasil en 1500 por Pedro Alvares Cabral, hasta el 22 de septiembre de 1834 cuando Pedro I muere en Portugal. Aquí está todo. En sus casi 600 páginas está recreado, con una inconcebible minuciosidad, el nacimiento de Brasil como nación. Entre dramáticos eventos históricos, como la precipitada salida de Portugal, en 1807, de Juan VI (padre de Pedro I) tratando de salvar el trono ante la inminente llegada del ejercito invasor francés («A lo lejos se oían los cañonazos del ejército de Napoleón. Entre los visillos de la ventanilla alcanzaba a ver cómo muchos lisboetas lloraban, mientras otros lanzaban imprecaciones contra su rey que huía»), o como cuando Miguel, su propio hermano, instigado por su madre Carlota Joaquina, conspira para derrocarlo («Déjame que te explique —terció la reina madre sin más preámbulo—. El plan es caer sobre el palacio de Ajuda, detener a tu hermana la regente, arrestar a sus ministros y aclamarte como rey») se narran también los momentos más personales de su vida: su relación de amor-odio con su madre y hermano; el amor que sintió por Noèmie, una bailarina francesa con quien tuvo una hija y que había debutado en 1816 en el Teatro Real de Río; sus años de matrimonio con la virtuosa archiduquesa de Austria, Leopoldina, que tanto lo ayudó a consolidar su imperio; y la pasión con la que quiso a Domitila de Castro, su amante.