Revelan el potencial del cerebro para jugar con el lenguaje gracias a personas que hablan “al revés”
Hay personas que tienen la sorprendente y curiosa habilidad lingüística de hablar al revés. Esta técnica, que se conoce como “palindromía”, consiste en decir las palabras o frases en el orden opuesto al convencional.
Recientemente, un equipo de investigadores argentinos ha estudiado una jerga regional que se caracteriza por invertir el orden de las sílabas o letras de las palabras. Los hallazgos, que se publicaron en 2020 en la revista Scientific Reports, ponen de manifiesto el enorme potencial del cerebro para jugar con el lenguaje.
Cuando el neurolingüista de la Universidad de San Andrés (Argentina) Adolfo García conoció de forma casual a una persona que dominaba el “habla al revés”, decidió investigar el fenómeno. Se trataba de un fotógrafo que trabajaba con sus modelos hablándoles al revés, una divertida capacidad que poseía desde la infancia: pronunciaba por ejemplo asac, en vez de casa.
“Tuvimos la oportunidad de explorar algo inusual, incluso, a veces, absurdo”, afirmaron los investigadores en relación con su trabajo. Y es que, a pesar de su prolífico crecimiento, señalan, “la neurolingüística sobre la secuenciación fonémica ha descuidado en gran medida el estudio de individuos con habilidades altamente desarrolladas”.
Por este motivo, decidieron analizar las características del “habla al revés”, una capacidad poco habitual de producir enunciados invirtiendo el orden de los fonemas sin perder su identidad. Para ello, realizaron evaluaciones conductuales de los distintos tipos de habla junto con técnicas de neuroimagen sobre dos personas que podían expresarse de ese modo.
“Ambos hablantes mostraron ventajas conductuales para invertir palabras y frases de diversa complejidad, independientemente de las habilidades de la memoria de trabajo”, explicaron.
No obstante, lo que más sorprendió a los investigadores fue comprobar la capacidad infinita del cerebro con el lenguaje. “Estos rasgos iban acompañados de un mayor volumen de materia gris, difusividad media y conectividad funcional a lo largo de las regiones dorsales y ventrales. Zonas que median en las operaciones fonológicas y lingüísticas, con el apoyo complementario de las áreas que sirven a los procesos asociativo-visuales y de dominio general”, en palabras de los investigadores.
Sin embargo, tal como indican en su estudio, los lugares específicos de estos patrones neuronales diferían entre ambos sujetos, lo que sugiere ciertas diferencias en los mecanismos de quien domina el habla a la inversa.
Ahora, estos expertos siguen defendiendo que el habla al revés es mucho más que una rareza lingüística. De hecho, esperan que su trabajo resulte valioso para desarrollar en el futuro terapias más eficaces contra los trastornos del lenguaje.
Una habilidad extraordinaria
Y es que, este tipo de juego con el lenguaje revela la flexibilidad y complejidad del cerebro humano en el procesamiento del lenguaje. Hablar al revés implica no solo comprender las palabras en un nivel superficial, sino también tener la capacidad de procesarlas en un nivel más profundo, invirtiendo la secuencia de sonidos y sílabas de manera coherente.
Además, los hablantes al revés suelen tener una fuerte conciencia fonética, lo que significa que pueden descomponer las palabras en sus elementos sonoros y manipularlos de manera consciente. Este tipo de habilidad demuestra la creatividad lingüística de ciertas personas y su capacidad para jugar con las reglas del lenguaje de maneras no convencionales.
Asimismo, esta habilidad a menudo se asocia con un alto nivel de desarrollo cognitivo y una capacidad avanzada para entender y manipular las estructuras lingüísticas.
Aunque algunas personas puedan tener una predisposición natural para hablar al revés, la práctica y el entrenamiento son factores clave para perfeccionar la técnica. Algunos individuos la desarrollan como una forma de entretenimiento o incluso como parte de juegos lingüísticos o mentales.
Actualmente, dicen los expertos, el habla al revés se practica en determinadas zonas o puntos específicos como San Cristóbal de la Laguna (Islas Canarias); Argentina, Colombia o Francia.
Según la investigadora de la Universidad de Málaga y coautora del estudio, María José Torres Prioris, el habla al revés se puede practicar en cualquier idioma que tenga una gramática “transparente”, lo que significa que los fonemas (las distintas unidades sonoras de un idioma) tienen el mismo sonido independientemente de su posición relativa a otras partes de una palabra.
La inversión de palabras es posible en idiomas como el español, el vasco o algunas lenguas mayas, en los que existe una correspondencia directa uno a uno entre letras y sonidos. Por ejemplo, el español tiene cinco vocales y cada una tiene un sonido distinto que permanece constante en todas las palabras.
A diferencia del inglés, que se considera una lengua “opaca”, pues tiene 12 sonidos diferentes para esas mismas cinco vocales. Torres Prioris aclaró en su momento que en inglés también se puede hablar al revés, pero el hablante y el oyente pueden confundirse entre cómo se pronuncia una palabra y cómo se escribe. Esa confusión de sonidos no existe en español.
Referencias:
Torres-Prioris, M.J. López Barroso, D. et al. 'Neurocognitive signatures of phonemic sequencing in expert backward speakers'. Scientific Reports (2020)