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Diccionarios para escritores que buscan la
palabra exacta

23/11/2010

Lainformacion.comEl escritor y académico de la Lengua, José María Merino, afirma, cuando se le pregunta, que siempre tiene sobre su escritorio un buen diccionario para cuando está en pleno proceso creativo. En la palabra exacta (le mot juste), también creía, pero con encono y obsesión, el autor francés Gustave Flaubert, un incansable perfeccionista, que no cesaba a la hora de cincelar cada uno de los párrafos de sus novelas.Así, los diccionarios se perfilan como herramientas imprescindibles del buen uso del lenguaje para el oficio narrativo. Le mot juste, repetía Flaubert, para conquistar el sustantivo perfecto, la conjugación más eficaz, el adjetivo arrebatador: pues que así sea.Definición correctaEl tomo básico sería entonces el Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia, en su versión ampliada o de bolsillo, un compendio que aúna todas las palabras de nuestro idioma. El verbo provocar, por ejemplo, cuya acepción es tanto incitar, como irritar, o bien excitar, también se puede utilizar como producir un efecto. Este corpus no sólo es útil para cuajar la definición correcta, sino también para rememorar la conjugación verbal de ciertos verbos, como los irregulares: ir + voy + iba + yendo, además de otros usos gramaticales y ortográficos del idioma.El diccionario de la RAE tiene como complemento también el Diccionario panhispánico de dudas, que nos invita a consultar cuestiones de buen uso de la lengua: el leísmo, el dequeísmo, aparte de lograr ubicar el gentilicio por países o ciudades: los habitantes de El Cairo, que transitan en la novela El callejón de los milagros, del Premio Nobel Naguib Mahfuz, se les llama cairotas. Además de la palabra exacta flaubertiana, los escritores necesitan también componer una estructura de isotopías en sus narraciones (idea central vinculada con palabras con el mismo o relacionados significados). Con ello, se obtiene continuidad en los textos y se crea una red invisible de conceptos y tensiones que se repiten sin caer en las redundancias (cicatriz + feo + asco + burla + soledad + violencia). Ideas afinesPara tal fin, quizás habría que consultar el Diccionario ideológico de la lengua española, del académico Julio Casares. Aquí, si tenemos una idea que necesita de palabras conectadas, encontramos dicho grupo en una lista por familias o significados ideológicos. (mar + océano + marinero + nudo + playa + sal + golpe de mar + marejada + arena).Encuentra su contrarioEl diccionario de Casares cuenta con un apartado de definiciones y otro de sinónimos, con lo cual completaría tanto el de la RAE como un buen diccionario de sinónimos y antónimos. No olvidemos que en literatura, es tan importante decir como contrastar. Con un buen diccionario de sinónimos acogemos también a su antónimo. Ubicamos, por tanto, la palabra exacta, como enamorado, por ejemplo, que se contrapone con desenamorado o bien con desencantado. Cuestión de estiloSi lo que desea el escritor es un buen compendio de usos estéticos con sus correspondientes ejemplos para depurar su técnica y estilo, ahí halla el Diccionario de términos literarios, de Ana María Platas. De la metáfora a la metonimia, de la sinécdoque a la aliteración, transitaremos hacia la sinestesia; éste último, un término literario que consiste en transfigurar una sensación por otra: «relámpagos de risa», frase que mezcla el sentido de la vista con el del oído.Y, por último, no habría que olvidar, al margen de los diccionarios, la Ortografía de la Lengua española, de la RAE, revisada por las veintidós academias, y que tanta polémica ha suscitado. Recordemos que los académicos votarán el 28 de noviembre si suprimen las letras ch y ll del alfabeto, para considerarlas como signos ortográficos (dígrafos), o que la y griega se pronuncie ye o que se eliminen las tildes de palabras como guión, sólo o truhón. Muy pronto, por tanto, veremos el desenlace.