Antes criticado, el ‘Spanglish’ encuentra un lugar en el aula
“Translenguar", un método para mejorar las dos lenguas
En el salón de kínder de Elizabeth Menéndez, las horas rojas en el horario significa que maestros y estudiantes deben hablar español; las horas azules son reservadas para el inglés. Luego, está la hora púrpura, un “espacio de lenguaje seguro”, donde los estudiantes pueden usar palabras en el idioma que prefieren.
Educar a estudiantes bilingües es la misión de la escuela pública donde enseña Menéndez, la primaria Dos Puentes en Washington Heights, la cual tiene más de 400 alumnos y está ubicada en un vecindario predominantemente latino de la ciudad de Nueva York. Antes de que sus estudiantes se gradúen de la escuela, estarán bien encaminados para dominar el inglés y el español, dijo la directora Victoria Hunt, quien formó parte del grupo que fundó la escuela en 2012 después de más de dos décadas como maestra bilingüe y asistente principal.
Aunque maestros en aulas bilingües de todo el país a menudo permiten de manera informal que los niños usen ambos idiomas, históricamente se ha abogado por una separación más estricta de los idiomas. Sin embargo durante la última década, cada vez más investigadores han defendido lo qie llaman “la hora púrpura” del salón de Menéndez, y le han dado el nombre de “translenguar”. Este modelo brinda a los estudiantes la oportunidad de usar todas sus habilidades lingüísticas en el salón de clases y que estas sean valoradas como parte de su educación.
Chris Bacon-Chang, es profesor asistente en la Universidad de Virginia y estudia políticas lingüísticas. Él ha visto como cada año sus estudiantes, tanto futuros maestros y profesores que regresan para recibir más capacitación, muestran interés por este modelo pedagógico. Por ejemplo, en el 2014 ninguno de sus alumnos había oído hablar del translenguaje, mientras que durante los últimos dos años ha recibido constantes preguntas de sus alumnos sobre el modelo.
Expertos e investigadores en lingüística y educación han visto algo similar, un aumento en el interés sobre el translenguaje en conferencias y publicaciones académicas.
Investigadores señalan a la escuela primaria Dos Puentes como un ejemplo de los beneficios del modelo. Casi el 75 % de los estudiantes de Dos Puentes son latinos y 31 % se encuentra entre los más de seis millones de estudiantes estadounidenses que son clasificados como English Language Learners o estudiantes del inglés. Ellos son el grupo escolar de más rápido crecimiento en los Estados Unidos.
En todo el país, menos del 15 % de los estudiantes de inglés están en aulas bilingües; y la gran mayoría de ellos, alrededor del 85 %, asisten a escuelas donde su idioma materno se usa como una herramienta para acelerar la transición a aulas donde se enseña solo en inglés.
En Dos Puentes, todo el personal está comprometido a ayudar a los estudiantes a aprender y prosperar en ambos idiomas. “En otras escuelas, el bilingüismo no era aceptado ni importante”, dijo Menéndez, quien ha sido profesora de primaria por 27 años. Tanto Menéndez como Hunt dicen que la mayoría de escuelas bilingües a menudo sufren de falta de recursos y capacitación para profesores. Adicionalmente los maestros reciben poco apoyo y resistencia de los administradores, cuya prioridad es enseñar inglés. Como una escuela nueva, en Dos Puentes los maestros y directores tuvieron la oportunidad “de comenzar desde cero”.
En kínder, los estudiantes de Dos Puentes pasan tres días a la semana enfocándose en español y dos días en inglés. Durante el resto de su tiempo en la escuela, los idiomas se dividen equitativamente. “Realmente queremos construir la base en español, dado que estamos en un mundo que usa predominantemente inglés en los Estados Unidos”, explicó Hunt.
Cada clase tiene dos maestros, uno para cada idioma, y todas las materias (alfabetización, matemáticas, estudios sociales, ciencias, música, danza y arte) se imparten en ambos idiomas por un personal mayoritariamente bilingüe.
Yesenia Moreno, la maestra de ciencias de cuarto y quinto grado en Dos Puentes, dijo que el contenido nunca se repite en un idioma diferente. Los dos lenguajes se usan para hacer conexiones y fortalecer el conocimiento previo. Por ejemplo, Moreno comienza una clase en español recordando a los estudiantes lo que hablaron el día anterior en inglés, así puede enseñar nuevas palabras y conceptos.
Moreno dijo que los estudiantes “gravitan hacia su lenguaje más fuerte”, pero que están orgullosos de que puedan “hablar y escribir en los dos idiomas”. Ella cree que la educación bilingüe les ayuda a ampliar y mejorar su plan de estudios, y está feliz de ver a los hispanohablantes “dar saltos en inglés sin perder su español”.
Durante los últimos dos años de pandemia, muchos estudiantes de Dos Puentes no tomaron las pruebas del estado de Nueva York, lo que dificulta a la escuela hacer seguimiento de su progreso. Sin embargo, la escuela ha encontrado otras formas de medir el éxito. Por ejemplo, la mayoría de los estudiantes de Dos Puentes ingresan a su primera opción de escuela secundaria, dijo Hunt; un logro impresionante en el complejo y competitivo sistema educativo de la ciudad de Nueva York.
En programas bilingües como el de Dos Puentes, el dominio del español se considera tan importante como el del inglés. Para los maestros, crear espacios donde los estudiantes bilingües puedan usar sus idiomas es una extensión lógica.
“Translenguar es simplemente la forma natural en que nosotros, las personas multilingües, usamos el lenguaje”, dijo Gladys Aponte, quien solía ser maestra bilingüe en Nueva York y actualmente está completando sus estudios de doctorado. “Nosotros no separamos la parte de nuestro cerebro que usa el inglés de la parte que usa el español,” agregó Aponte, quien ha realizado parte de su investigación en Dos Puentes.
El término “translenguaje” es una traducción de trawsieithu, una palabra galesa que se creó en los años ochenta para describir las aulas bilingües en Gales y que se ha extendido a la práctica de crear espacios bilingües en la educación formal.
El modelo no busca que los estudiantes hablen cualquier idioma en cualquier momento durante sus estudios. La idea es que los estudiantes dominen los dos idiomas. Los defensores del “translenguaje” explican que permitir, e incluso alentar, a los estudiantes a usar todos sus idiomas a medida que aprenden garantiza su éxito académico. Esto se vuelve particularmente claro en clase de matemáticas, ya que las pruebas de matemáticas modernas están llenas de lenguaje.
Para poder resolver los problemas matemáticos los estudiantes, cuya lengua materna no es el inglés, tienen que hacer los cálculos matemáticos y también entender el significado de palabras técnicas en inglés.
Por ejemplo, uno de los problemas del examen estandarizado de matemáticas del estado de Nueva York requiere que los estudiantes entiendan el significado de palabras en inglés como: “fewer (menos)” y “times as many (veces más)” para poder hacer los cálculos necesarios y resolver el problema. (La pregunta se encuentra en el examen del año pasado y dice: “Determine the total number of people that would fit in a baseball park, given that it had three sections, one with 20 fewer seats than another and a third with two times as many)”.
En escuelas como Dos Puentes, los estudiantes aprenden problemas matemáticos en español e inglés y tienen la oportunidad de demostrar sus habilidades mientras amplían su vocabulario.
El uso de múltiples idiomas no siempre ha sido bienvenido en las escuelas públicas de Estados Unidos. Es más, durante más de un siglo, la educación bilingüe ha sido controversial. En los últimos 25 años, los votantes de California, Arizona y Massachusetts eligieron prohibir la educación bilingüe en las escuelas públicas. Aunque la legislatura de Massachusetts y los votantes de California anularon las prohibiciones, la ley de Arizona sigue vigente. Tom Horne, miembro del partido republicano, fue elegido para el puesto de superintendente de educación pública del estado, con la promesa de mantener la educación bilingüe fuera de las aulas.
Aún así, la controversia es política, no científica. “La gente parece tener la idea de que tienes un espacio finito de desarrollo del lenguaje y si aprendes dos idiomas, nunca serás realmente bueno en ambos”, dijo Monika Schmid, profesora de lingüística de la Universidad de York en Inglaterra. “Eso no tiene ningún sentido”.
“Casi todo en la ciencia es controversial entre científicos”, agregó Schmid. “La pregunta sobre si el desarrollo bilingüe es beneficioso es una de las pocas cosas en las que absolutamente todos están de acuerdo. No hay controversia”.
Los programas bilingües como el de Dos Puentes han ganado popularidad en las últimas dos décadas, a medida que más familias de clase media ven el bilingüismo como una inversión en el futuro de sus hijos. Esa demanda ha generado preocupaciones de que los estudiantes inmigrantes en Nueva York y Estados Unidos, para quienes se crearon estos programas, terminen siendo excluidos. En Dos Puentes, los líderes escolares son conscientes de estas tensiones. Por ejemplo, las reuniones escolares se llevan a cabo en ambos idiomas y saben que el orden es importante.
“Tratamos de decir las cosas en español antes de decirlas en inglés”, dijo la directora de la escuela Victoria Hunt. En Dos Puentes se esfuerzan especialmente para asegurarse de que las familias de habla hispana se sientan bienvenidas y reconocidas como parte de la educación de sus hijos. De hecho, la escuela es celebre por fomentar un grado inusual de participación de los padres de familias multiculturales.
Adriana Castro llegó a Nueva York de América Latina a los 22 años y tiene dos hijos que se graduaron de Dos Puentes. “Como inmigrante, nunca sentí vergüenza y siempre me sentí escuchada” dijo Castro sobre su experiencia con la escuela. Ella llegó a los Estados Unidos sin saber hablar inglés, lo cual dificultó su experiencia. Ella siempre soñó que sus hijos fueran bilingües, tanto para tener éxito académico y económico, y para que puedan hablar español con ella y su familia. Su hijo Anthony, ahora de 12 años, le dijo cuando estaba en primer grado en Dos Puentes que uno de los beneficios de ser bilingüe era que se reía dos veces con cada chiste. Se reía al escuchar un chiste en español y se volvía a reír cuando traducía el chiste a sus amigos de habla inglesa.
Castro dijo que muchos padres inmigrantes se enfocan en asegurarse de que sus hijos aprendan inglés para que puedan tener éxito en los EE.UU., asumiendo que sus hijos aprenderán el español en casa. Ella les aconseja, que se preocupen por el español, porque es muy fácil perderlo. Los datos del censo muestran que en los Estados Unidos el número de latinos que no habla español creció sustancialmente en una década. Castro está contenta de que sus hijos, con la ayuda de Dos Puentes, no sean parte de esa tendencia.
De hecho, son múltiples los beneficios de asistir a escuelas bilingües como Dos Puentes.
Zhongfeng Tian es profesor asistente en la Universidad de Texas en San Antonio y su investigación se enfoca en cómo los educadores diseñan programas de apoyo para estudiantes bilingües. El habla mandarín, cantonés e inglés y dice que las personas en Estados Unidos que hablan varios idiomas a menudo se sienten avergonzadas por su forma de hablar o su acento. Es normal que sean criticados por mezclar idiomas. Por ejemplo, la mezcla de inglés y español se denomina despectivamente como “spanglish” y la mezcla mandarín e inglés “chinglish”, agregó Tian. Al trabajar con maestros en un programa de inmersión en mandarín en Massachusetts, Tian observó cómo el translenguaje ayudó a los estudiantes a comprender ideas complejas, aumentó la participación en clase y ayudó a fomentar una identidad cultural positiva en ellos.
En Dos Puentes, los estudiantes latinos aprenden a sentirse orgullosos de su lengua materna. Y el translenguaje asegura que la usen regularmente. “La hora púrpura” en el aula de kínder de Menéndez ocurre al final del día, durante un espacio que la escuela llama “exploraciones”. Los estudiantes eligen rompecabezas o juegos, y Menéndez les permite elegir en que idioma hablan. Ella dice que los niños a menudo terminan cambiando y usando los dos idiomas.
Rebeca Madrigal es una de las maestras fundadoras de la escuela. A ella le gusta cerrar el día escolar leyendo un cuento a sus alumnos de segundo grado. Madrigal elige libros sobre líderes de los derechos civiles, como César Chávez y Martin Luther King Jr., o con personajes con los cuales los niños se pueden identificar.
Una tarde estaba leyendo “El Regalo Mágico”, un libro en español sobre un niño dominicano inmigrante en Nueva York que lucha por vivir entre dos culturas. En un capítulo, el personaje principal describe sus sentimientos cuando abandona su isla natal en un avión. De repente, uno de los estudiantes dijo que sintió lo mismo cuando tuve que salir de México. En español, el alumno le contó a la clase sobre el viaje cruzando la frontera a pie. En algunas de las casas en las que se detuvieron en el camino, había comida y otros niños con quienes jugar. En otras casas no había ni comida ni otros niños. El estudiante compartió sobre el miedo de viajar por las noches, la tristeza de dejar a sus abuelos y la emoción de conocer a los padres que se fueron a los EE.UU. muchos años antes.
Madrigal dijo que la historia trajo lágrimas a los ojos de maestros y estudiantes. Ella piensa que fue importante que el niño pudiera contar una historia personal, en su lengua materna, en un salón de clases en la ciudad de Nueva York, con compañeros bilingües que pudieran empatizar con su historia.
Permitir que los estudiantes usen ambos idiomas en el salón de clases está en el centro de la misión de Dos Puentes de educar estudiantes bilingües. Si una clase se está impartiendo en inglés y un estudiante responde una pregunta en español, no será reprendido ni obligado a responder en inglés. Los maestros reconocen que al responder la pregunta en español, el estudiante entendió lo que se le preguntó en inglés, pero es posible que no esté listo para responder en ese idioma. “Como maestra”, dijo Madrigal, “uno sabe cuándo empujar a los estudiantes para que hablen el segundo idioma”.
“No somos la policía lingüística”, dijo la directora Hunt. “Estamos aquí para ayudar a los niños”.