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¿Por qué se nos atraganta el
inglés?

16/09/2013

Josefina G. Stegmann, ABC«A relaxing cup of café con leche», es una frase mal construida que, sin embargo, no ha resultado tan extraña. Y no por incendiar las redes sociales segundos después de que la pronunciara Ana Botella, sino porque volvió a poner sobre la mesa el ya conocido debate sobre «el mal inglés de los españoles». Risas y canciones aparte, la cuestión se explica, entre otros motivos, por la resistencia cultural, el miedo al ridículo y un sistema de enseñanza que se está modificando pero cuyos errores del pasado aún se arrastran.«España necesita mejorar el nivel de competencia en lenguas extranjeras de los alumnos, especialmente en inglés», concluye el Estudio Europeo de Competencia Lingüística (EECL) del Ministerio de Educación en su edición del año pasado. De acuerdo con el informe, los resultados en España son mejores que los de Francia e Inglaterra pero distan mucho de los obtenidos por países como Suecia, Malta, Estonia y Eslovenia, que están a la cabeza en competencia lingüística en Europa.Apuntan a que el problema se observa, sobre todo en la comprensión oral. Paradójicamente, nuestro país es el único en el que la enseñanza de una primera lengua extranjera es obligatoria desde la Educación Infantil, junto con la comunidad alemana de Bélgica. Y de hecho, si se toma como referencia Suecia, que tiene las «mejores notas» en competencia lingüística, se desprende que nosotros tenemos más horas de clase, más deberes y empezamos a hablar inglés antes que los suecos. ¿La culpa? Las voces son unánimes respecto a la metodología, que si bien ha cambiado, necesita años para que consiga quitar el «estigma».«La enseñanza de lenguas en España es ahora obligatorio, de acuerdo con una directriz europea, que el método sea comunicativo-funcional, es decir, que la lengua se aprenda para poder comunicarse y, sobre todo, para desempeñar funciones, como comprar un ticket de autobús», explica Francisco Ballesteros, profesor de Filología Inglesa de la Universidad Complutense e Inspector de Enseñanza de la Comunidad de Madrid. «Antes, con la ley de Educación del 70 el método era de traducción directa y se centraba en la gramática. Se memorizaba una lista de palabras», añade Ballesteros, que insiste en la importancia de este nuevo método y del proyecto bilingüe.«Ahora, los críos hablan inglés de verdad, será una promoción que cuando llegue a la universidad evitará las quejas de los profesores», añade. Quejas comprensibles si tenemos en cuenta el bajo nivel de inglés en las aulas. Los niveles de dominio de una lengua, de acuerdo con el Marco Común Europeo de Referencia de las Lenguas (MCERL) se clasifican entre A1, A2, B1, B2, C1 y C2, siendo A1 el más bajo y C2 el más alto. En el caso español, según el citado estudio EECL, el porcentaje de estudiantes en Pre-A1 y A1 es superior al 50%.«El desafío oral»Sin embargo, los docentes insisten en que solo es necesaria una mejora porque el panorama no es tan desolador. Christina Anastasiadis, profesora de inglés desde hace 15 años y jefe de estudios de la academia Internacional House, reconoce que «ha habido una mejora del nivel». «Cuando empecé la gente entraba con un nivel elemental y ahora hay más alumnos en los niveles intermedio-alto», explica. «No tenemos el nivel deseado pero las cosas van mejorando», asegura Helena Jiménez, directora de comunicación de Cambridge English.«Es necesario que se evalúen todas las destrezas de la lengua», añade. Es decir, fomentar la comprensión lectora, escrita y sobre todo oral, que es en donde España «flaquea». Pero este problema alcanza también a los profesores. «Los docentes de lengua inglesa hacen pruebas de acceso en inglés, cosa que no se hacía antes, pero muchos profesores siguen ahí, no se han jubilado», explica el profesor Ballesteros. Sin embargo, no todo se limita al aula, lo que ocurre «fuera» también influye.El conocimiento del idioma por parte de los padres sirve para una mayor exposición al idioma. Y los medios de comunicación, que pueden ayudar, no han colaborado. Los alumnos de países que ven y escuchan productos audiovisuales en versión original (con/sin subtitulado) tienen mejor comprensión oral del inglés. En nuestro país es rara la vez en que se reconoce la voz original de algún actor. Los referentes son los actores de doblaje. Se aprecia por tanto, una «resistencia cultural» a aceptar la versión original frente al doblaje.Y por si esto fuera poco, aparecen los problemas «propios», como el hecho de hablar español, una lengua con más de 495 millones de hablantes, y que hace que veamos innecesario aprender otra, como sí podría ocurrirle a un polaco o a un noruego.Una lengua muy distintaPero hay otro motivo «que es el sistema fonético del español que tiene pocos sonidos y no coinciden casi nunca con los del inglés», explica Antonio Dueñas, profesor de Lengua, que también insiste en la entonación. «La curva melódica del inglés es muy distinta y los españoles no tienen buen oído para esto». Y, aparte de la entonación, cuesta también la pronunciación. «El inglés no es estructuralmente complejo, pero tiene difícil pronunciación», añade Ballesteros.Aun así, esto no supone un impedimento para otros docentes. «¿Queremos el inglés del nativo o el que nos sirva para comunicarnos?», se pregunta Emma Dafouz Milne, profesora de Filología Inglesa de la Universidad Complutense, que niega la existencia de un problema «inherente» al español. «Hay que desterrar estos mitos porque corremos el riesgo de perpetuarlos. Un español puede hablar perfectamente inglés», señaló. Lo que sí es muy nuestro es el miedo al ridículo. «Hay miedo a cometer errores y el perfeccionismo impide al alumno comunicarse», explica la docente Anastasiadis. «Por eso, fomentamos la idea de que el error es una oportunidad para aprender y mejorar».Sonados patinazosJosefina G.StegmannSergio Ramos: «Morry (Merry) Christmas»El defensa del Madrid grababa en 2012 un vídeo de felicitación para los alumnos de las escuelas de la Fundación del Real Madrid. Su tropiezo fue con la pronunciación: «Morry» en lugar de «Merry». El sevillano se tomó con humor lo sucedido y escribió en su cuenta de Twitter: «Buenas noches amig@s. Por la sonrisa de un niño: inglés, alemán, ruso... Lo que haga falta señores. ¡¡Hala Madrid!!».Zapatero: «My English is very bad»Así se dirigía en 2004 al entonces primer ministro de Irlanda, Bertie Ahern. Pero ésta no fue la única muestra de su pobre inglés. «In the last time of the government, everyday bonsais», fue la frase que usó para intentar explicar por qué había tantos árboles en miniatura en el Palacio de La MoncloaAna Botella: «A relaxing cup of café con leche»La frase fue «trending topic» en segundos. La alcaldesa de Madrid se dirigía al COI durante la elección de la sede de los JJ.OO. de 2020 y con un poco fluido inglés aseguró que en la capital los visitantes podían disfrutar de «a relaxing cup of café con leche». El entrenador de la candidatura de Madrid 2020, Terrence Burns, aseguró en la revista Vanity Fair que la frase de Botella fue idea suya. En cualquier caso, la alcaldesa no dudó en reírse de sí misma.