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Un agujero negro en la ortografía
española

03/06/2014

Todos estamos de acuerdo en que el imperativo del verbo salir es sal; el problema es que, si lo usamos en su forma pronominal, salirle, no podemos emplear el imperativo... bueno, podemos emplearlo, pero no tenemos cómo escribirlo.En efecto, la forma canónica sería sal+le = salle, con lo que, ante la presencia del dígrafo ll, se pronunciará de forma diferente que sal le en cualquier variante del español y cualquiera que sea la forma como se articule ese dígrafo.La Academia Española reconoce ese vacío en la normativa y admite que no hay cómo escribir esa palabra:

La interpretación forzosa como dígrafo de la secuencia gráfica ll en español hace imposible representar por escrito la palabra resultante de añadir el pronombre átono le a la forma verbal sal (imperativo no voseante de segunda persona de singular del verbo salir), oralmente posible si, por ejemplo, ordenáramos a alguien salir al paso o al encuentro de otra persona aludida con el pronombre le: [sál.le al páso], [sál.le al enkuéntro].Puesto que los pronombres átonos pospuestos al verbo han de escribirse soldados a este, sal + le daría por escrito salle, cuya lectura sería forzosamente [sá.lle], y no [sal.le]].

En la última Ortografía los académicos inventaron la figura del “diptongo ortográfico&lrquo; para forzar una escritura idéntica para pronunciaciones diferentes de ciertas secuencias vocálicas –piar / pi-ar–. Esperemos que inventen otra norma que me permita decirle a mi candidato a presidente que le salga al paso a su rival, que con esta ortografía no puedo hacerlo.