La expresión “inteligencia artificial” fue elegida como palabra del año por la FundéuRAE
La elección responde a la importancia que ha tenido el término en los medios de comunicación durante 2022
La Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), promovida por la agencia de noticias EFE y la Real Academia Española, ha otorgado en 2022 el título de “palabra del año” a la expresión compleja “inteligencia artificial”.
El 29 de diciembre se ha comunicado su decisión ante una construcción incorporada al diccionario académico desde 1992 y definida como “disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico”.
Según ha explicado FundéuRAE, los motivos de su elección han sido su importante presencia en los medios de comunicación durante estos últimos doce meses. También destacaron su presencia en el debate social. Esto se debe a los diversos avances desarrollados en este ámbito y las consecuencias éticas derivadas como la posible sustitución de ciertos profesionales tras su aplicación en algunos entornos.
Desde el punto de vista lingüístico, la FundéuRAE ha seleccionado esta construcción como su palabra del año “por las dudas que ha generado su escritura”. De hecho, señala su comunicado, uno de los desafíos que implica la inteligencia artificial es “enseñar a las máquinas cómo emplear adecuadamente el español y conservar la unidad del idioma que comparten más de 500 millones de personas”.
“La expresión inteligencia artificial es una denominación común y, por lo tanto, lo adecuado es escribirla enteramente con minúsculas”, ha explicado al respecto, antes de apuntar que también es habitual el empleo de la sigla IA, que sí se escribe con mayúscula, y que es preferible a la inglesa AI, correspondiente a artificial intelligence).
La ganadora de 2022 ha sido escogida de entre 12 candidatas, varias de ellas relacionadas con la tecnología o las consecuencias derivadas de la guerra en Ucrania: apocalipsis, criptomoneda, diversidad, ecocidio, gasoducto, gigafactoría, gripalizar, inflación, inteligencia artificial, sexdopaje, topar y ucraniano.
Más detalles sobre esta expresión
La primera vez que se habló de inteligencia artificial fue en 1956 en la Conferencia de Dartmouth (Estados Unidos) y lo hizo John McCarthy, un pionero de la informática que terminó recibiendo el Premio Turing. Desde entonces los avances y los logros de esta tecnología han sido diversos.
Y sustenta por ejemplo una de las tecnologías que se ha puesto de moda durante los últimos meses: el ChatGPT que ha desarrollado la compañía estadounidense OpenAI. Este sistema de momento gratuito es capaz de explicar de una forma sencilla un ejercicio de computación cuántica, de conversar y empatizar con el usuario, de hacer resúmenes o de redactar textos con total coherencia y corrección gramatical.
Pero de momento la IA no es infalible; han sucedido también los casos de “estupidez artificial”. Mientras países y empresas apuestan e invierten en esta tecnología, investigadores y laboratorios de ideas ponen el acento en los límites que debe tener, en la importancia de que las máquinas estén siempre al servicio de las personas y no al revés, y en la necesidad de atajar los sesgos (de género, de raza o de clase) y de evitar que se agranden las brechas.