twitter account

El espanglish y el catañol

19/09/2012

Magí Camps, La VanguardiaLa RAE ha incluido spanglish en el diccionario en línea. De hecho, propone espanglish, con la e añadida, una hispanización híbrida quizás innecesaria. Lo define así: «Modalidad del habla de algunos grupos hispanos de los Estados Unidos, en la que se mezclan, deformándolos, elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés». Los de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE) están contentos porque se les empieza a tener en cuenta. En EE.UU. ya son cincuenta millones los que hablan español, lo que convierte a este país en el segundo con más hispanohablantes, por detrás de México (más de cien millones). Lo decía el anterior director de la ANLE, Odón Betanzos: «El español está muy vivo en Estados Unidos; muy estropeado, pero muy vivo». Estos 50 millones de hispanohablantes (un 12,5% de los 400 millones) con altas dosis de contaminación inglesa («La highway va muy busy»>la autopista va muy llena) no hacen peligrar la fortaleza ni la pureza de la lengua.El catalán vive un fenómeno parecido, el catañol (todavía no recogido en el diccionario), pero cuyo alcance sociolingüístico es más peligroso. La influencia del español es altísima en casi todo el territorio donde se habla catalán. No hay, como en el caso del castellano, veintiún países más a resguardo de su influencia. Así pues, hay que poner remedio a la contaminación. Por suerte, el lingüista Pau Vidal se erige en científico y presenta la vacuna: Catanyol.es. El catanyol es cura (Barcanova). En la presentación del libro, Patrícia Gabancho lo definió como un diccionario catañol>catalán, que puede ayudar a preservar «el genio y el dring de la lengua», ante la falta de conciencia lingüística de muchos profesionales radiofónicos, menosprecio que resultaría intolerable en cualquier otra lengua.Para el autor, el catalán todavía sufre otro problema: tiene 7,5 millones de filólogos, pues todos creen dominarlo aunque nunca hayan consultado un diccionario: «El catañol es puta porque se esconde bajo la apariencia de catalán correcto». El libro está estructurado en tres niveles y puede ser de ayuda a todo aquel que sea consciente de que hay que hablar con corrección.En la misma colección de El Català Portàtil, el incansable paremiólogo Víctor Pàmies ha publicado Dites.cat. Locucions, frases fetes i refranys del català, un completo trabajo donde consultar las equivalencias con los refranes castellanos. Son dos obras destinadas a esos siete millones y medio de filólogos. Zapatero, a tus zapatos («qui és sabater, que faci sabates»).