twitter account

Bebés recién nacidos
distinguen idiomas

15/09/2011

EFELos bebés recién nacidos son capaces de distinguir algunos pares de idiomas como el inglés y el francés o el japonés y el inglés, mientras que en el caso del catalán y el castellano no es hasta los cuatro meses cuando empiezan a diferenciar las dos lenguas.Estas son algunas de las conclusiones de los estudios neuronales y de comportamiento realizados a bebés y que se presentaron esta semana en Valencia en el seminario «Los retos de la Neurociencia en el siglo XXI. Observando el pensamiento y la plasticidad cerebral» de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).La coordinadora del Grupo de Investigación en Adquisición y Percepción del Habla de la Universitat Pompeu Fabra, Nuria Sebastián,explicó que la distinción entre castellano y catalán «no se produce si el catalán es de Lleida», debido a la diferente pronunciación de las vocales.Sebastián aseguró que aunque los niños crezcan en entornos bilingües, «la mayoría de los seres humanos no aprenden más de una lengua desde el nacimiento» y ha añadido que mientras la primera lengua se aprende con rapidez, un segundo idioma «siempre entraña mucha mayor complejidad».«Si cada uno de los padres habla un idioma, el que el niño aprende primero es, por lo general, el de la madre, debido seguramente a que ha tenido un mayor tiempo de exposición a su habla», explicó la investigadora.Asimismo según indicó que se ha comprobado que los bebés bilingües, a diferencia de los monolingües, son capaces de mantener la capacidad para distinguir el sonido de dos idiomas distintos después de los ocho meses, porque «tienen más desarrollados algunos aspectos de su función ejecutiva y necesitan menos ensayos para inhibir la respuesta».Los estudios también han revelado que la dificultad de muchas personas para aprender un segundo idioma se debe en ocasiones a un «pequeño déficit auditivo», que no representa ningún obstáculo para la asimilación de la lengua materna, pero sí crea graves problemas cuando se quiere aprender una lengua extranjera, sobre todo en la pronunciación.En estas jornadas de la UIMP también participó el director del Centro Vasco de Cerebro y Lengua, Manuel Carreiras, quien analizó el aprendizaje de la lectura desde una perspectiva neurocientífica.Carreiras explicó que los niños con problemas de lectura suelen fallar en la distinción de letras o la conversión de letras a sonidos y ha agregado que es más frecuente encontrar disléxicos ortográficos en inglés que en castellano, ya que la conexión entre grafemas y fonemas (las letras y su sonido) es menos directa en el caso del inglés que del castellano. EFE