twitter account

Sefaradí, un idioma histórico, entre el recuerdo y la melancolía

17/08/2016
Virginia Bautista

¿Es posible revivir al sefaradí? Sin niños que lo hablen, sin “un sustrato generacional” que lo sostenga, el judeoespañol es “una especie de fósil vivo” que ha quedado como “la lengua del recuerdo, de la melancolía”, un idioma que “no tiene academia ni patria”.

La ensayista y narradora Angelina Muñiz-Huberman (1936), de ascendencia sefaradí, y la escritora y periodista Myriam Moscona (1955), de origen búlgaro sefaradí, coinciden en que el ladino, como también se le denomina, es una literatura “muy rica” de cinco siglos que ya cumplió su meta y que “no le hace falta a las nuevas generaciones”.

Esta reflexión sobre la lengua que hablaban las comunidades judías que vivieron en la península ibérica, hasta su expulsión en 1492, y que no sólo la conservaron como idioma familiar, sino que la llevaron a los distintos países a donde emigraron, cobra vigencia a raíz de los recientes intentos de la Real Academia Española (RAE) por mantenerla viva.

El 12 de noviembre del año pasado la RAE incorporó como académicos correspondientes a ocho estudiosos extranjeros, cuya especialidad es el judeoespañol, lo que significa que, por primera vez en la historia de esta institución, el sefaradí está representado oficialmente.

Además, en 1990, las comunidades sefaradíes recibieron el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, hecho que marcó el inicio de la revaloración de este idioma que aún tiene una fuerte presencia en países como Israel, Turquía, el norte de África y Latinoamérica, sobre todo en México.

Para el académico de la lengua Ignacio Padilla (1968), incorporarla a la RAE es “degradarla” un poco a un dialecto o argot del español. “Hay hablantes tanto en México como en España y Turquía, y quizá tendría que haber una academia turca de la lengua sefaradí que estuviera vinculada con una academia mexicana de la lengua sefaradí y, claro, que se mantuvieran en constante comunicación con las academias de la lengua española”.